La Estrategia Canaria de Cultura se plantea para el periodo 2012 - 2015. Por tanto, sus objetivos y acciones deben concebirse también a corto plazo y ser realistas con el marco económico en que nos movemos. Es necesario tener en cuenta que estamos tratando un derecho constitucional. El Título I de la Constitución Española, en su art. 44.1, establece que "los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho".

Debemos entender el progreso de la cultura como un valor central de nuestro sistema, como un principio esencial de actuación de los poderes públicos, como una obligación de estos, ya que el progreso social, democrático y económico de los ciudadanos es inseparable del progreso cultural.

Conviene recordar estos principios básicos, ya que en el momento actual de crisis, parece soslayarse este papel relevante de la cultura. Parece que la cultura pueda ser considerada como un elemento prescindible, innecesario. Ello supone un error importante, de concepto, que puede ahondar aún más en la fractura social que produce la crisis de la economía.

Es necesario también tener en cuenta que la situación económica ha puesto de relieve la necesidad de impulsar un cambio de modelo en la gestión de la política cultural, por lo que se debe aprovechar la oportunidad para establecer las necesarias bases para que se produzca ese cambio que debe orientar hacia una política cultural menos dirigista, sin que ello quiera decir, sin embargo, que deba carecer totalmente de apoyo público para su desarrollo; más participativa, utilizando herramientas como el Consejo Canario de la Cultura y las Artes, y sujeta a evaluación, para lo que se debe destacar el Observatorio Canario de la Cultura.

Entendemos que la labor del Gobierno de Canarias durante el periodo 2012-2015 debe orientarse hacia tres objetivos fundamentales: garantizar el derecho de acceso a la cultura y el desarrollo cultural como elemento de cohesión social y establecer nuevas fuentes de financiación para la cultura.

Para avanzar hacia estos objetivos, se debe, en primer lugar, garantizar el derecho de acceso a la cultura y el desarrollo cultural como elemento de cohesión social, asegurando el servicio público de la cultura. Resulta fundamental para cumplir el mandato constitucional sobre el derecho de igualdad de acceso a los bienes culturales continuar manteniendo la prestación de servicios públicos que se viene realizando desde los centros culturales dependientes del Gobierno de Canarias.

Asimismo, para garantizar que los bienes culturales lleguen a todas las islas y a todos los ciudadanos que viven en ellas, el Gobierno debe garantizar el mantenimiento de los circuitos regionales de cultura: artes escénicas, música, artes plásticas y audiovisuales.

Es necesario continuar la labor de apoyo y difusión de la cultura, tanto la que se realiza a través de las actividades directamente promovidas desde el Gobierno de Canarias (programas de fomento de la lectura, Festival de Música de Canarias€) como las que se desarrollan desde el Tercer Sector, por las entidades no lucrativas. Es importante colaborar en el sostenimiento de estas actividades en la medida en que presupuestariamente sea posible, ya que llevan a cabo una labor con una proyección social importante imposible abarcar desde los poderes públicos, en este caso, desde el Gobierno de Canarias.

También se debe estimular la creación y desarrollo de nuevos públicos, estimular el acercamiento de los ciudadanos a las actividades culturales, mediante programas específicos para el acceso de colectivos ciudadanos (mayores, juventud, mujer, mundo rural€), en coordinación con otras áreas del Gobierno, fundamentalmente, Educación, Juventud, Igualdad y Servicios Sociales.

Impulsar la participación ciudadana en tareas de difusión y promoción de la cultura desarrollando el voluntariado cultural, estableciendo para ello un estatuto, es otra de las propuestas.

Se hace imprescindible una apuesta por promover fuentes de financiación definidas para la cultura, mediante una aportación propia del Gobierno de Canarias, manteniendo las ayudas al desplazamiento, las ayudas a la producción de bienes culturales y promoviendo las potencialidades del REF. Asimismo, es necesario intensificar la relación cultura-turismo, aplicar el 1 por ciento cultural y tener en cuenta la potencialidad de la Ley de Mecenazgo como fuente complementaria de recursos para la actividad cultural, pese a que tardará y a que podrá tener poca eficacia en momentos de crisis. En todo caso, hay que tener en cuenta que por el carácter mercantil de las empresas, éstas pueden orientar su inversión hacia el patrocinio de actividades culturales que, además de beneficios fiscales, puedan proporcionarle beneficios por publicidad, por lo que las grandes producciones podrían ser objeto preferente.

Impulsar la creación cultural y artística debe ser una prioridad en la acción del Gobierno, facilitar la creación, la innovación y la producción de la cultura en Canarias, ayudar a las entidades y creadores para promover, difundir y proyectar su creación artística, potenciando desde el sector público especialmente aquellas iniciativas que no podrían desarrollarse sin su apoyo específico. Para lograr este objetivo, hay que establecer fuentes de financiación para la cultura y el Gobierno debe aparecer como agente activo.

Es fundamental aprovechar los recursos destinados a la movilidad cultural para establecer instrumentos de cooperación cultural con administraciones públicas más allá de las fronteras insulares. Esto puede dar lugar al establecimiento de un circuito de intercambio de producciones y grupos. Los recursos destinados a la movilidad de artistas y proyectos culturales canarios resultan escasos y, además, como ocurre en el momento actual, están en serio peligro por parte del Gobierno de España.

Por ello, puede resultar oportuno buscar nuevas fórmulas y abrir canales que permitan esa movilidad, mediante el establecimiento de estrategias conjuntas con otras comunidades autónomas a las que pueda interesar establecer circuitos culturales con Canarias.

En cuanto al apoyo a las industrias culturales en la promoción de sus creaciones artísticas, se propone utilizar de forma intensiva la Radiotelevisión Canaria con un doble objetivo: acercar la cultura al conjunto de la población y estimular el consumo de los bienes culturales. Resulta conveniente el impulso de una política de publicidad vinculada a los resultados de explotación de los espectáculos o producciones comercializadas por agentes culturales canarios.

El Tercer Sector requiere apoyos como agente con capacidad creativa y artística de dimensión social, fomentando el desarrollo de proyectos culturales que favorezcan el desarrollo comunitario y la cohesión social. En esta línea, se apuesta por poner espacios culturales o que puedan ser utilizados como tales a disposición de las entidades no lucrativas para el desarrollo de proyectos culturales autogestionados. Ello, además de favorecer el desarrollo de la creatividad, puede implicar importantes beneficios para la comunidad.

En síntesis, de lo que se trata es de un cambio de modelo en la gestión de la política cultural en Canarias para que el sector sea menos dirigista, más participativo y sujeto a evaluación, garantizando los derechos culturales de la ciudadanía y potenciando el papel de la cultura como elemento de cohesión social. Es imprescindible asegurar el equilibrio territorial y la igualdad de oportunidades en el acceso y disfrute de los bienes culturales, así como apoyar a las industrias culturales canarias por su dimensión en la economía y el empleo en Canarias, apostar por la creación cultural -promover la creatividad y el talento- y apoyar a las entidades no lucrativas para la producción y ejecución de proyectos artísticos y culturales de dimensión social.

Encarna Galván

Portavoz de Cultura del Grupo Parlamentario Socialista Canario