Improvisación sonora y ruidista sobre proyecciones de corte experimental, electrónica evocadora, casi hipnótica, y ritmos quebrados que se amplifican como secuencias de baile imposible. De todo esto hubo en el Festival Internacional de Investigación Sonora, Display 12, que este año se trasladó a una de las salas del Alfredo Kraus.

Con Mouse on Mars como cabezas de cartel, en formato dúo con Jan St. Werner y Andy Toma, Display reunió al abrigo del proyecto Moving silence a un puñado de artistas canarios para sonorizar otros tantas películas de realizadores berlineses. Una experiencia sensorial de apertura que daba paso a la artista japonesa Tujiko Noriko. Música visual, de contemplación serena, con una voz cuyo registro parecía evocar el quejido de una Björk y cuya serenidad era el preludio a la abstracción y experimentación con la que Mouse on Mars ha construido un lenguaje propio en la escena electrónica mundial. El formato dúo es mucho más revirado y complejo que cuando interactúan con el batería y cantante Dodo Nkishi. En su premier en la isla hicieron un show de una hora en la que pusieron del revés el set de su penúltimo álbum, Parastrophic, si bien, como había advertido Werner, no sería fácil reconocer los temas. Con unos visuales marca de la casa alrededor de toda la iconografía de Parastrophic, dieron una lección magistral de quiebros electrónicos y ritmos rotos mientras manipulaban a su antojo piezas como Metropoty, Wienuss, They know your name, Baku Hipster o la endiabladamente acid Seaqz. Sin duda, el presente y futuro de la electrónica.