El sacerdote Julio Sánchez Rodríguez señaló ayer que "Viera y Clavijo siempre destacó por su sentido del humor y fina ironía". El sacerdote e historiador hizo estas declaraciones durante su conferencia Semblanza, testamento, muerte y sepultura de José de Viera y Clavijo que impartió en la Catedral de Santa Ana, coincidiendo con el mismo día del fallecimiento hace doscientos años del ilustre canario cuyos restos se encuentran depositados en la capilla de San José.

El acto, que fue presentado por el deán de la catedral Nicolás Monche, contó con las asistencias de, entre otros, del vicepresidente del Gobierno canario, José Miguel Pérez; la delegada del Gobierno Carmen Hernández Bento; el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna; el consejero de Cultura Larry Álvarez, o la concejala de Cultura del Ayuntamiento, María Isabel García Bolta, además de representantes de la Iglesia y de la cultura, y jefes de los tres Ejércitos.

Julio Sánchez hizo un recorrido por la vida y los estudios del ilustrado canario desde su nacimiento hasta su muerte, señalando que el autor de la Historia de Canarias "realizó su primera inocentada nada más nacer ya que fue un niño muy débil, pero vivió 82 años y 55 días". Sin embargo, ese humor e ironía le granjeó numerosos problemas con la iglesia y la censura.

Según el sacerdote, Viera elogia el sistema de estudios de los dominicos y muestra su aprecio por los conocimientos que recibió. Sin embargo, el ilustrado fue un hombre principalmente autodidacta cuyos conocimientos surgieron "de su biblioteca, tertulias y viajes". Sánchez calificó los años que vive en La Laguna como "trascendentales" en los que armoniza su compromiso episcopal con sus inquietudes culturales.

Sin embargo, recordó que el polígrafo canario fue amonestado dos veces por la iglesia. La primera vez al dar sus opiniones en el pregón de San Antonio. Y la segunda por leer libros prohibidos. "Viera y Clavijo fue una persona de semblante despierto y festivo que hablaba siempre como de risa", señaló Sánchez, y al que la Inquisición en 1774 quiso censurar su Historia de canarias "precisamente por los comentarios irónicos que tenía", algo que afortunadamente no pudo llevarse a cabo.

Entre 1770 y 1784, el historiador viaja a Madrid, Francia, Holanda, Italia, Alemania y Austria, donde amplía unos conocimientos que luego divulgará en sus obras. Precisamente, sobre la redacción de sus Historia de Canarias, dividido en cuatro tomos, Julio Sánchez hizo especial énfasis en recordar que en el volumen cuarto se hace un estudio de la iglesia. "Tras trabajar en los Archivos del Vaticano, Viera consigue unos documentos importantísimos y tuvo que cambiar datos del primer volumen", señaló.

Sánchez también se detuvo en desmentir la ida de que el historiador y biólogo fuera un sacerdote rebelde con la iglesia poniendo el ejemplo de que el Papa Pío VII le autoriza finalmente a leer libros prohibidos. "Leyó libros de Voltaire", señaló el sacerdote, "y aunque Viera fuese más bien un ilustrado reformista contra la ignorancia, estuvo lejos de la teoría del filósofo francés que situaba a las religiones como fuente del fanatismo".

Sánchez también apostó porque se revisasen los estudios del polígrafo canario en contra de otra teoría inmovilista actual que reza hay que dejarlo todo tal y como él lo escribió. "No revisar sus estudios sería ofender al propio Viera y Clavijo que siempre ejerció la autocrítica, por lo que hay que mejorarlos continuamente", añadió.

El sacerdote calificó sus investigaciones de los últimos 30 años de vida que pasó en Gran Canaria como su parte más fructífera ya que cataloga los archivos de la Catedral y publica sus mayores logros. Tras recordar su fallecimiento el 21 de febrero de 1813, el sacerdote señaló que en el mundo eclesiástico su fama era tan grande que su silla de arcediano de Fuerteventura quedó vacante 170 años, y dedicó una parte amplia de su conferencia a relatar cómo se repartió la herencia de "un hombre pobre en bienes muebles y rico en libros".

Así, por ejemplo, los manuscritos fueron repartidos entre las personas que tuvieron relación con su vida, pero también contribuyó con muchas de sus obras al enriquecimiento de la biblioteca de la propia Catedral y a la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Tras la conferencia, tuvo lugar la actuación del grupo Ensemble Academia, de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, a lo que siguió una ofrenda floral y una oración ante su tumba, además del descubrimiento de una placa conmemorativa en la capilla de San José. La jornada de ayer se había iniciado temprano, como en tiempos de Viera, a las 9.15 horas, también en la Catedral de Santa Ana, con una misa conventual en sufragio de su figura y un responso ante su tumba.