La artista grancanaria Marta Mariño aseguró ayer que "sigo experimentando en mi pintura y nunca realizo un cuadro pensando en si luego va a tener éxito o no". Así lo declaró la pintora en la sala de arte del San Martín Centro de Cultura Contemporánea con motivo del tercer encuentro Entre generaciones donde artistas de varias generaciones, y de una misma familia, cambian impresiones sobre sus obras con los espectadores.

En esta ocasión, y además de Marta Mariño, estuvieron presentes su madre María Casillas y su hija Elena Ardanaz, ambas también artistas. La pintora reflexionó acerca del cuadro Cáscaras incluida en la exposición colectiva Reinventar la isla 2 y perteneciente a los fondos del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM). Previamente, sin embargo, reconoció que la vocación le venía desde muy pequeña y que la influencia de su madre había sido "trascendental" a la hora de dedicarse a este arte. "Ahora veo a mi hija recorriendo las galerías con su obra", señaló, "y me recuerda a cuando yo empezaba".

Cáscaras pertenece a una serie de cuadros de plátanos ejecutados sobre palets. "Una cosa te va llevando a la otra", señaló. "Comencé con grabados, luego pasé a la serigrafía y luego a las tablas de madera". La pintora quería plasmar los riscos que veía desde su casa de Tafira con mucha luz y colorido ya que reconoció que "siempre me han gustado esas luces por las noches y tras la madera me encontré con el palet tras comprobar su utilidad". Marta Mariño empezó dibujando la zona de la ciudad que va de San Roque a San Juan. Luego siguió con una pequeña parte sobre plátanos y otra centrada en naturaleza muerta "en donde aparecían los insectos más grandes que la fruta", por lo que antes de abordar el tema de los plátanos trabajó bastantes series sobre madera.

La artista, que estudió Bellas Artes y realizó su primera exposición en 1978, reconoce que siempre variando de temas. "En esta serie de cuadros", comentó de forma jocosa, "la pintura llegó a ser tan real que las moscas que acudían al olor de la fruta las estrellaban en la madera y ha quedado ese rastro final".

Mariño habló de los demás cuadros que comparte la exposición y reconoció que "los jóvenes están haciendo cosas muy interesante y me gusta mucho esa manera de trabajar que sale sin ningún motivo ni nada, que va más allá y que, como el caso de Iluminaria de José Luis Luzardo, "se expresa de una manera tridimensional".