Cuando a unos niños se les propone una actividad cultural como herramienta de aprendizaje en forma de concierto, obra teatral, cortometraje, o taller de pintura y las opciones de los pequeños pasan por seguir a pies juntillas los designios de un guión preestablecido, los resultados dependen en solitario de la disciplina, la instrucción y la motivación que el docente sea capaz de poner sobre la mesa. Sin embargo, Marifé Idoy, educadora, actriz, autora, directora teatral y promotora del taller inserto en el proyecto Lóva (La Ópera como Vehículo de Aprendizaje), organizado por la Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC), decidió darle la vuelta a la tortilla y convertir a los niños en sujetos creadores de arte y cultura.

Y así nació el pasado 10 de octubre de 2012 la compañía La tribu de la música, formada por 16 niños, que crearían una ópera desde el principio para finalmente ponerla en escena, ayer en la Sala Gabriel Rodó de la OFGC, con el título de El tesoro deseado. Los ensayos: tres horas de un día de la semana, más un sábado al mes, "muy poquito tiempo y por eso nos ha pillado un poquito el toro", matiza Idoy.

"El proyecto parte de la base de que la ópera la hacen íntegramente los niños" apunta la directora, satisfecha tras la primera de las dos actuaciones de ayer en el enclave de la Plaza de la Música. "Cuando vimos que había una orquesta infantil como la Agrupación de Cuerda de la Academia de la OFGC, que querían participar y estaban muy motivados", el concepto de participación se extendió a la partitura de esta pieza lírica. La música de orquesta interpretada por la Agrupación en directo "ha sido compuesta por adultos, pero colaboradores, los padres de los niños que tienen conocimientos de música".

Las canciones que cantan los pequeños intérpretes son obra de ellos mismos, un proceso creativo que "empezó con la búsqueda de un motivo musical y la composición de las letras, cómo cuadrarlas con el compás, si debía ser un tres por cuatro, cuatro por cuatro, etc.", continúa la profesora. Elegido el motivo de las canciones y compuesta la música, "les ayudábamos a formar la estrofa y el estribillo, lo justo para que se atuviera a esa estructura", finaliza.

Además, el argumento también es de creación infantil neta. "Toda la trama parte de las improvisaciones de ellos", sobre la base de un argumento materializado tras una puesta en común que "tenía al peligro" como núcleo de la historia. De ahí que la canción principal de la ópera enunciara "el terror es interesante" y "el ser constante te ayuda a superar el terror".

La primera idea que asentó la futura trama partió de la relación que iban a tener cinco personajes, a los que "los niños definieron con rasgos físicos y personales", recuerda la autora teatral. Desde ahí tejieron la introducción, el nudo y el desenlace de la ficción, los conflictos y afinidades, el reparto de roles para la historia. "El argumento se trabajó luego con las improvisaciones" y la mano de Marifé para intervenir de forma decisiva e instar a los pequeños a buscar un final, un desenlace que cerrase con coherencia la historia y la acabase como unidad. El proyecto aspira a repetir, "dando incluso un curso para profesores", para "que se haga en la escuela pública". La idea de Idoy es que desde la Fundación OFGC se impulse en las islas el proyecto Lóva, ya asentado en la Península.