En el año del Bicentenario de Wagner, el maestro Pedro Halffter presenta el estreno absoluto de su versión sinfónico-coral de Tannhäuser, el más popular de los dramas románticos del inmortal compositor y poeta. A excepción de las voces solistas, toda la partitura está en la revisión que será estrenada el próximo viernes 5 de julio por la Orquesta y el Coro de la Filarmónica de Gran Canaria, dirigidos por su titular, sin duda el más destacado wagnerista de la joven generación española y europea de directores.

El constante y aplaudido trabajo de Halffter con las representaciones en el teatro de la Maestranza de Sevilla, del que es también titular al igual que de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, y en el teatro Pérez Galdós y auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria con la Filarmónica insular, le acreditan como especialista del llamado Canon de Bayreuth (los diez dramas principales de Wagner), que ha dirigido casi en su totalidad. Este mismo año concluirá en Sevilla la integral de la tetralogía El anillo del nibelungo, ofrecida a lo largo de las últimas temporadas, con las representaciones del drama final, El ocaso de los dioses. Para Gran Canaria ha reservado el estreno absoluto de la versión sinfónico-coral de Tann-haüser, después de haber dirigido este título en el teatro Pérez Galdós teniendo como escenógrafa y directora de escena a Katharina Wagner, biznieta del autor y actual codirectora del Festival de Bayreuth.

No acaba en estas iniciativas el wagnerismo de Halffter, que con frecuencia incluye fragmentos orquestales en sus programas sinfónicos y desarrolla una intensa labor como conferenciante para difundir la forma y los contenidos de los títulos que lleva a la escena, ilustrados por él mismo al piano. Estas sesiones, que inició en colaboración con la Asociación Wagneriana de Canarias y prosigue con el Aula Wagner de la Universidad de LPGC y el Centro de Arte San Martín, gozan de mucho prestigio y tienen gran acogida.

En su Tannhäuser sin palabras reduce la duración de tres a tres horas y media (según versiones) del drama completo a una hora y media, suprimiendo exclusivamente las partes cantadas por solistas que no son dobladas por la escritura orquestal. Sin añadir en transiciones o enlaces un solo compás no escrito por Wagner, integra una especie de sinfonía coral en tres partes (una por acto) para ser ejecutada sin pausas. En el primer acto sigue la versión de París (1861) con toda la bacanal y los cantos de sirenas del Venusberg. Acorta el dúo Venus/Tannhäuser y pasa a la tercera escena con el tema pastoril en corno inglés y las trompas que anuncian la llegada del landgrave Hermann y sus caballeros. Pasa al dúo de Wolfram y el protagonista en la versión Dresde y de ahí al final del acto.

La segunda parte salta sobre el aria de entrada de Elisabeth hasta el dúo de ésta y el protagonista, en que la orquestación dobla las voces (la trompa al tenor y el clarinete a la soprano). Enlaza con la gran escena coral de la entrada de invitados. Del torneo poético toma el aria de Tannhäuser y de ahi al coro Nach Rom! La tercera y última parte comienza con el coro masculino de peregrinos que regresan de Roma y sigue con la célebre Canción a la estrella vespertina, de Wolfram, cuya instrumentación original sigue la melodía y dobla en violonchelos la voz baritonal. Las trompas conducen de nuevo a la música del Venusberg, después al conjunto de Venus, Tannhäuser, Elisabeth y Wolfram, al coro femenino y al final. En resumen, el 99% es escritura original de Wagner.

Esta experiencia se asemeja a la del Anillo sin palabras que arregló Lorin Maazel con el material sinfónico de la tetralogía. Maazel explica que, durante un ensayo con la orquesta de Bayreuth observó el arrobamiento de Wieland Wagner, nieto del genio y director del Festival, que, al final, comentó: "Todo está en la orquesta". De ahí su iniciativa del Ring ohne Worte, que lleva por todo el mundo. La de Tannhäuser de Pedro Halffter va más allá porque incluye palabras, todas las del coro. La andadura de esta variante comienza el viernes en el auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria.