La Plaza de la Música se convirtió ayer en uno de los escenarios de reivindicación, levantados en 16 puntos de toda España a la misma hora (18:00h), para brindar el primer concierto simultáneo y gratuito en defensa de la continuidad de las orquestas sinfónicas profesionales ante los recortes de la crisis. 80 instrumentos de cuerda, viento y percusión de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) sonaron con más fuerza que nunca para remar en la misma dirección que la organizadora del evento, la Asociación de Músicos Profesionales de Orquestas Sinfónicas (Ampos): reclamar un pacto de Estado por la música donde los representantes políticos "se comprometan a respetar, proteger y desarrollar las orquestas sinfónicas profesionales como garantes de la excelencia musical" en las escuelas, los conservatorios y auditorios.

"Es para quejarnos de los recortes y por la subida del IVA, que aquí no nos afecta, pero para solidarizarnos con las orquestas que lo están pasando bastante mal ahora como la de Baleares "Ciutat de Palma", la del Liceo de Barcelona o la de Radio Televisión Española", apuntó David Lacruz, presidente del Comité de Empresa de la Fundación de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC). "Todos somos música", fue el claro mensaje que la Filarmónica quiso hacer llegar al público, bajo la batuta de Zdzislaw Titlak, solista polaco de chelo, e interpretando obras como Obertura Gazza Ladra de Rossini, El Primer movimiento de la Sinfonía 40 de Mozart o parte de los Cantos Canarios de Teobaldo Power, entre otras. Según afirmó Lacruz, las 26 orquestas sinfónicas nacionales han sufrido en los últimos años un recorte significativo, lo cual hace peligrar su continuidad y desarrollo. Aunque el Cabido asegura que el presupuesto de la OFGC no ha variado, Lacruz afirma que el recorte alcanza "cerca del 20 ó 30%". Además de la bajada de salario del 5% a músicos, PAS y profesores, el recorte en la paga extra del 2012, y la suspensión temporal de giras internacionales, aún no se han repuesto las vacantes libres tras la jubilación de miembros clave de la formación: dos plazas de "concertino" (el solista de los violines primeros), una de solista de violines segundos, una de viola y uno de contrabajo. "Esto repercute en la calidad de la orquesta, porque se contratan extras dependiendo de la semana, pero no es lo mismo", señaló Lacruz. Al principio del concierto, el violista Ricardo Ducatenzeiler leyó un manifiesto donde subrayó que "destruir una orquesta es tan grave como cerrar una biblioteca o museo".

Dobrina Gospodinoff, flautín de la OFGC desde hace 14 años, defendió el papel vital de la música en una sociedad. "Dañar a la música es dañar a la humanidad, y una política que menosprecie la cultura como un bien de secundaria importancia, no respeta a los seres humanos", afirmó. Al mismo tiempo, indicó que llevan mucho tiempo reclamando "unos protectores acústicos para todos los miembros de la Orquesta", un derecho con el que coincide el timbalista de la formación, Francisco Navarro, pues "son tapones profesionales que quitan las frecuencias más altas y más bajas, que son las más dañinas".

Por otra parte, indicó la necesidad de renovar el instrumental. "En la percusión son instrumentos que se estropean con mucha facilidad. Antes era más fácil renovar la familia entera, ahora es poco a poco, este año un xilófono, el próximo una marimba. El juego de timbales vale 60.000 euros".