El pintor Antonio Suárez dijo adiós a la vida la pasada madrugada en Madrid, donde residía desde hace más de medio siglo. Tenía 90 años y hasta no hace mucho, siempre que la salud se lo permitía, acudía a su taller de Vallecas para seguir haciendo lo que más le gustaba: pintar. Era cofundador del grupo El Paso y uno de los renovadores de la pintura contemporánea a la que se acercó en sus años juveniles en el Gijón de finales de los 40, estableciendo un juego abstracción-figuración al que dio siempre un matiz personal y ajeno a modas y tendencias.

En Gijón, donde había nacido el 26 de enero de 1923, se hizo delineante y entró a trabajar en el estudio de arquitectura de Antonio Álvarez-Hevia, donde coincide con Joaquín Rubio Camín con el que compartirá estudio antes de trasladarse a Madrid. En esos años frecuenta con asiduidad a Valle y Piñole de los que decía haberlo aprendido todo, y en 1948 parte hacia Madrid donde dos años después presenta su primera exposición abstracta.

Madrid fue solo en ese momento una estación de paso hacia su objetivo. Antonio Suárez apuntaba hacia París, la cima del arte en aquellos momentos. Allí descubre un nuevo universo pictórico y abandona la línea de la abstracción. Frecuenta los contactos con otros artistas españoles y pronto presenta su primera exposición en solitario, concretamente en la Galería Vidol.

La senda de la abstracción

Su estancia en París se prolonga tres años. Motivos de salud le obligan a regresar a Gijón, donde vuelve a seguir la senda de la abstracción. Pero no será una estancia definitiva. Madrid y los movimientos de vanguardia artística que comienzan a fraguarse llaman su atención. Son años de inquietudes artísticas, de indagar y experimentar en busca de un estilo propio que le lleva a contactar con otros artistas y poner los cimientos de lo que más tarde será el grupo El Paso, el movimiento en el que formaron los canarios Manolo Millares y Martín Chirino y que supuso una ruptura revolucionaria en la pintura española de posguerra y la introducción del informalismo en España.

A lo largo de su trayectoria, representó a España en distintas bienales internacionales. En 1963 realiza una exposición individual en Nueva York y en año 1974 el Certamen de Pintura de Luarca le tributa un homenaje. Participa en las dos primeras bienales de Arte Ciudad de Oviedo (1976 y 1979) y, en 1982, el Museo de Bellas Artes de Asturias realiza una exposición de su obra, completada por la antológica de 1994 del Palacio de Revillagigedo de Gijón.

Artista de amplios registros, no se quedó solo en el campo de la pintura y añadió la realización de murales y vidrieras que adornar espacios y edificios . Entre ellos figuran el Banco Bilbao Vizcaya de Oviedo y Gijón, el Ayuntamiento de Luanco, la Escuela de Ingenieros Industriales de Gijón. También diseñó las vidrieras de la Facultad de Letras de la Universidad de Oviedo, del Palacio de los Deportes y el mosaico de la Escuela de Idiomas de Barcelona.

Hombre bueno, cercano y sencillo, quitó muchas veces importancia a su reconocimiento afirmando que "no es que uno fuera un genio, es que en aquellos años no había nada".

El grupo El Paso supuso una de las apuestas creativas más renovadoras y mejor situadas internacionalmente durante la larga travesía del franquismo.