El escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, se recupera en un hospital de la capital mexicana en el que quedó ingresado el pasado lunes, aquejado por una infección pulmonar que desató una ola de preocupación por su avanzada edad.

El autor, de 87 años, que vive en esta capital desde hace medio siglo, está siendo tratado con antibióticos en el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán", en el sur de Ciudad de México, según informes oficiales.

Aunque desde el lunes quedó ingresado allí, la información no se conoció hasta hoy. Desde que comenzaron a surgir las primeras versiones no oficiales la noticia se regó como pólvora dentro y fuera de México.

La familia y quienes asisten al escritor mantienen un estrecho cerco para preservar su intimidad. De hecho, una empleada que trabaja en su casa negó telefónicamente a Efe que García Márquez estuviera enfermo y dijo que había salido del país el pasado domingo.

Según informó la Secretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal, el autor de "Cien años de soledad" fue hospitalizado el lunes "por un cuadro de deshidratación y un proceso infeccioso pulmonar y de vías urinarias".

"El paciente ha respondido al tratamiento. Una vez que complete sus antibióticos, se valorará su egreso", dice un comunicado difundido por la Secretaría de Salud horas después de que comenzaran a surgir las primeras versiones sobre su hospitalización.

A la puerta del centro médico donde está internado, su hijo Gonzalo dijo que posiblemente sea dado de alta el lunes o el martes próximos, después de que complete una semana en el hospital y surtan efecto los antibióticos.

Gonzalo García Barcha dijo a los periodistas que hacían guardia frente al hospital que el autor colombiano no ingresó por la sección de urgencias, y que en cuanto llegó al centro médico fue trasladado a una habitación para ser atendido.

"Le van a prescribir antibióticos, como a cualquiera de nosotros cuando nos enfermamos", agregó. También señaló que el escritor está consciente y lúcido en la habitación del hospital público donde quedó ingresado.

Aparte del comunicado médico de las autoridades de salud de la capital no ha habido mayores detalles. Hasta media tarde de hoy no había salido ninguno de los médicos que lo atiende para conversar con las decenas de periodistas que hacen guardia en el lugar.

A sus 87 años, las apariciones públicas de García Márquez cada vez son más escasas.

La última fue el pasado 6 de marzo, coincidiendo con su cumpleaños, cuando asomó a la puerta de su casa en esta capital para saludar a los periodistas y admiradores que se habían congregado allí, cumpliendo con una tradición de hace varios años.

Gabo, sonriente, vestido con traje gris y camisa azul claro, escuchó las "Mañanitas", la tradicional canción de cumpleaños en México, mientras sostenía un ramo de rosas amarillas, su color favorito.

El escritor, acompañado en esa ocasión por su secretaria y una amiga de la familia, se sumó al grupo de periodistas que le cantaban y les aplaudió al finalizar la canción.

Para su 86 aniversario tuvo lugar una escena parecida a la puerta de su casa. En esa ocasión, dijo estar "muy contento" por celebrar su cumpleaños y, en broma, se preguntó "por qué tanto alboroto" a la puerta de su vivienda.

Y, como en otras ocasiones, regresó a su hogar, listo para celebrar la fiesta en la intimidad.

Entre un cumpleaños y otro, sólo se supo de otra salida de García Márquez en esta capital el pasado 30 de septiembre, cuando visitó un centro comercial, se tomó algunas fotografías con admiradores, firmó autógrafos, degustó algunos platillos y tomó una copa de vino.

Hace casi dos años, su hermano Jaime dijo que Gabo padecía demencia senil, con "algunos conflictos de memoria" pero todavía con "el humor, la alegría y el entusiasmo que siempre ha tenido".