Un artista canario que pretenda trasladar sus obras a territorio peninsular tendrá que pagar un sobrecoste del orden de 30.000 euros por diversos conceptos aduaneros. Una realidad que supone un "histórico agravio comparativo" respecto a la movilidad del arte en otras ciudades de España ajenas a la condición insular. Este importe no es gratuito, sino fruto de un estudio comparativo realizado por Leopoldo Emperador, escultor y presidente de la Asociación de Artistas Visuales, que ha sido remitido al consejero de Economía y Hacienda del Gobierno canario, Javier González Ortiz, con el objeto de enriquecer el argumentario del Ejecutivo regional de cara a suprimir definitivamente las trabas aduaneras, y apostar por la libre circulación del arte en el nuevo Régimen Económico y Fiscal.

"Se han puesto de acuerdo los políticos para sacar de una vez el tema adelante", explicaba ayer Leopoldo Emperador, toda vez que la propuesta de supresión a los impuestos aduaneros al arte desde Canarias cuenta ya, en última instancia, con una moción aprobada a finales de abril en la Comisión de Cultura del Senado. En dicho acuerdo, promovido por el grupo socialista a iniciativa del senador Domingo Fuentes Curbelo, se "insta al Gobierno a estudiar las posibilidades, consecuencias y alternativas para considerar la producción artística canaria, ceutí y melillense, como bienes culturales y no meramente como bienes comerciales o de mercado, a los efectos de su libre circulación por el territorio del Estado con motivo de su exposición o su divulgación".

"Solo en transportes y fletes los artistas canarios estamos obligados, en la actualidad, a pagar más del doble que el resto", subraya Emperador. Como ejemplo, el traslado de una serie de obras suyas, con esculturas y grabados, el coste de embalaje, transporte, fletes aéreos y gastos aduaneros entre Canarias y Madrid, sin incluir los seguros de la mercancía, la cantidad a pagar serían unos 8.495 euros. El traslado del mismo material de una ciudad costera hasta Madrid, sin fletes ni cargos de aduana, es de 4.320 euros, casi la mitad que desde Canarias. Pero, al primer supuesto se le añade el seguro de las obras estipulado de forma teórica y un valor estimado de la colección en 149.000 euros [valor máximo de una pieza escultórica en torno a los 12.000 euros], el artista ha de afrontar los pagos derivados del IVA, de un 21 por ciento, sobre esta cantidad, y que aquí superan los 31.000 euros.

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