El escritor grancanario Alexis Ravelo ha revelado esta semana en su blog que él era M. A. West, el autor americano de El viento y la sangre, novela publicada en 2013 por Navona Editorial. La "broma", que contó con la complicidad de su editor, tenía como objetivo, además de despojarse "de etiquetas y de parámetros espacio-temporales", reivindicar a los grandes autores olvidados.

"Aunque me gusta mucho la gente y estar de un lado para otro, muchas veces las tareas de promoción se te echan un poco encima y llegas a dudar de si realmente estás vendiendo el libro o te estás vendiendo tú. Antes los escritores eran bastante más anónimos, pero este culto a la personalidad que tenemos hoy en día, en ocasiones resta valor a la obra o le suma un valor que no tiene. Entonces quería salirme de esa celda, quitarme las etiquetas y al mismo tiempo homenajear autores que me gustan mucho, autores norteamericanos muy olvidados que muchos de ellos vivieron en condiciones de extrema pobreza y que han sido injustamente olvidados por vicisitudes editoriales".

Ravelo, reciente ganador del premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra del año en español, apuntó que con El viento y la sangre había un guiño muy claro "que no pareció captar nadie", y es que el apellido del autor es West, "y Juan Gelman escribió sus famosos Poemas De Sidney West haciéndose pasar por el traductor también. No había intención de promocionar, todo lo contrario, ni de hacerle daño a nadie. Solo era un pequeño experimento, cuya pregunta era ¿se valorará el texto por si mismo o no?".

El experimento tomó fuerza cuando el editor Pere Sureda, de Navona Ediciones, le comentó a Alexis Ravelo que estaba proyectando una colección de novela negra en la que quería introducir títulos clásicos olvidados. Entonces el novelista canario le envió El viento y la sangre como si fuera una traducción en la que trabajaba.

"Cuando me comunicó que le interesaba la traducción le desvelé el secreto, le dije que era una pequeña broma y si quería participar en el juego, y me respondió: 'Ravelo, jugamos a lo que quieras', y nos fijamos como parámetros del juego publicar la novela, pero sin hacer campañas de promoción".

La novela fue publicada en mayo de 2013, Ravelo hizo una pequeña reseña en su blog, y la lanzaron con el objetivo de ver que pasaba, si alguien se daba cuenta en el transcurso de un año que M.A. West no existía, el verdadero autor era Alexis Ravelo. El año se cumplió y el escritor grancanario consideró esta semana que ya era el momento de desvelar su secreto.

"Tenía ganas de hace esa revelación, porque además estaban apareciendo muchas críticas, muy positivas sobre la novela, algunas de ellas por personas a las que aprecio. Algunas veces veía alguna reseña y si conocía al crítico le avisaba después de que esto era un juego, y muy agradablemente todos se convirtieron en cómplices", indicó Alexis Ravelo, y añadió que su secreto sólo lo compartían unas seis personas, "mis editores, mi pareja la periodista Thalía Rodríguez, que me prestó su nombre como cotraductora, y pocas personas más".

Sorprendido por la repercusión que ha tenido su "confesión", Ravelo aseguró entre risas que "la próxima vez me voy a callar", e insistió en que "no se trataba de una estrategia de marketing como lo que pasó con Rowling, por ejemplo, sino de un pequeño experimento estético. Pensé que iba a quedarse en un reducido círculo de lectores muy especializado".

No obstante, considera interesante algunos debates abiertos, como el de la existencia de autores de los que actualmente muy pocas personas han oído nombrar, "a pesar de que fueron grandes conocidos, pero que por vicisitudes editoriales se han quedado en el olvido, y que los que somos lectores sabemos que existe ese grupo de autores", y puso como ejemplo a Caldwell que hasta hace pocos años nadie conocía a pesar de haber sido uno de los escritores más vendidos de su tiempo en EEUU.

Ravelo insistió en que si no existieran estos autores de los que no se habla, que no son promocionados, "esta broma hubiera sido imposible". "Trabajamos con un producto cultural que se llama libro, que está sujeto a la misma mercadotecnia que cualquier otro producto de consumo, y a veces da mucho miedo que el producto de consumo deje de ser un producto cultural".