Mostrar cómo es la visión de Canarias a través de la obra del escultor Martín Chirino es uno de las principales logros del documental de Helena Pita La forja de Martín Chirino que ayer se estrenó en la Sala Josefina de la Torre del teatro Cuyás y que el próximo 24 de octubre, a las 21.00 horas se retransmitirá en La 2 de TVE en el programa Imprescindibles. "Lo hice cautivada por la espiral, una espiral que no tiene principio ni fin, y en el que destaca el papel de la música y la abstracción", afirmó la directora después de la presentación.

Un buen número de representantes del mundo de la política y la cultura asistieron ayer a la proyección. Entre ellos se encontraban el coordinador general de Cultura del Cabildo grancanario, Larry Álvarez; la concejala de Cultura del Ayuntamiento, María Isabel García Bolta; la directora del Centro de Artes Plásticas, Hilda Mauricio; la directora del Festival de Música de Canarias, Candelaria Rodríguez, y el director del Museo Néstor, Daniel Montesdeoca.

Universal

Helena Pinta afirmó que se trataba de "un documental básicamente de Martín Chirino, del que se podría haber hecho una serie, ya que su obra es universal y difícil de abordar. Hemos querido llegar a la esencia de su trabajo". La directora también añadió que para entender a Chirino hay que viajar a las Islas, ya que eso fue lo que a ella le ocurrió cuando llego aquí, y visitó el paseo Las Canteras, cuando estuvo en el Lady Harimaguada, en el Castillo de la Luz, lugares todos ellos que aparecen continuamente en el documental ya que "la obra de Martín hay que entenderla a través de las islas".

Tras la proyección, el artista afirmó que se lo había pasado bastante bien, que le había sorprendido gratamente ya que es una "obra muy interesante", y añadió, medio en broma "a ver si podemos hacer otra película".

Desde el principio, el documental muestra cómo las Islas han marcado la evolución artística de Chirino desde su infancia. En los primeros instantes, el artista recuerda su primera visión de la perfección como un torno enorme con las hélices y las bielas de los motores de los barcos en el Muelle de La Luz que visitaba con su padre. "A mí me extrañaba la pureza, la limpieza con la que salían, me pasaba horas enteras mirando aquello, y cuando veía las hélices grandes no podía decir que ya sabía que eran esculturas, pero esa perfección, esa concepción tan perfecta de las cosas salida de la mano del hombre, a mí me producía una gran admiración. Yo soy un artesano que ama que las cosas estén muy bien hechas hasta la obsesión", afirmaba en el documental.

El documental muestra su trabajo en la fragua, en su casa-taller de Morata de Tajuña; los preparativos de la exposición Martín Chirino, obras para una colección; su ingreso como académico de honor en la Real Academia de Bellas Artes el pasado 12 de octubre. Chirino vuelve a Las Palmas de Gran Canaria, y revisita los lugares que ha mantenido toda su vida en el recuerdo y que influyeron de forma definitiva en su evolución artística y fueron configurando su personalidad, su manera de ser, entender e interpretar el mundo".

El Castillo de La Luz cobra especial protagonismo en el documental como testigo de los juegos y los sueños del artista durante su infancia y muestra sus ideas como el futuro espacio que dará cabida a una selección de las obras más significativas del escultor.

Aparte de las islas, otros dos aspectos cobran una relevancia decisiva en su evolución como artista. El primero es su total integración en el Grupo El Paso en 1958 junto a Antonio Saura, Manolo Millares, Manuel Rivera, Rafael Canogar, Luis Feito, Manuel Viola, Antonio Suárez, Pablo Serrano, Juana Francés y los críticos José Ayllón y Manuel Conde.

"Yo creo que dentro del hermetismo de la época", afirma el artista, "fue como una fisura que agrietó, porque artistas de diferentes procedencias en España, empezaron a discurrir por el campo de la contemporaneidad".

El segundo aspecto es su traslado a Nueva York a principio de los 70 donde realiza varias exposiciones con tanto éxito que, desde entonces, alterna su residencia entre España y Estados Unidos.

"Fundamentalmente soy un herrero", señala el escultor. "Cuando la luz del fuego se mete en las entrañas de este metal y lo ilumina se crea una extraña poética. Yo no soy de los escultores que diseñan, más bien me considero un artista chapado a la antigua. Si fuera pintor seguiría trabajando con paleta y pincel. La tecnología te permite ir más rápido, pero no te permite reflexionar, añade."