Isabel Kreitz regresa con su estilo pictórico y detallista, realizado en un característico y sutil blanco y negro, y con transacciones muy cinematográficas, en este Haarmann. El carnicero de Hannover, un asesino en serie. Como el mismo título indica, se trata de la recreación de una de las historias que más han conmocionado a la opinión pública alemana, la vida del psicópata Friedrich Fritz Heinrich Karl Haarmann, que asesinó a veintisiete adolescentes durante los primeros años del siglo XX, si bien se le atribuyen más de cien víctimas. Kreitz utiliza, una vez más, un estilo naturalista que necesita de un lector paciente ya que las viñetas ocultan más detalles de lo que puede parecer en principio, y en la que se recrea muy bien cómo era la República de Weimar tras la Primera Guerra Mundial. Pero en esta ocasión cobra un especial protagonismo el guión de Peet Meter, que no se anda con chiquitas a la hora de elaborar, en siete capítulos, cómo funciona la mente de un perturbado que, desde el principio, aparece como un ser despiadado, sin empatía, que aprovecha su cargo de confidente de la policía, para realizar los actos más viles.
