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CONTRA LOS PUENTES LEVADIZOS

¡Oh, esa gata!

Elisabeth Taylor, en un fotograma de 'La gata sobre el tejado de zinc'.

Uno de los acontecimientos destacados de 2015 será el 60o aniversario de La gata sobre el tejado de zinc, un hito del teatro americano de los años 50 del pasado siglo. La obra de Tennessee Williams se estrenó por primera vez en el Morosco Theatre de Nueva York el 24 de marzo de 1955; la dirigió Elia Kazan y fueron sus primeros intérpretes Barbara Bel Geddes (sustituida más tarde por Patricia Neal porque a Williams no le gustaba su voz), Ben Gazzara, Burl Yves y Madeleine Sherwood. Únicamente estos dos últimos repitieron papel en la versión cinematográfica dirigida en 1958 por Richard Brooks, con Elizabeth Taylor, Paul Newman y Judtih Anderson, la malvada señora Danvers de Rebeca, que acabó convirtiéndose en un icono cultural para los amantes de las malas malísimas del cine en blanco y negro.

En el curso de las entrevistas a las que Williams se vio sometido durante toda su vida, los periodistas no dejaban de preguntarle cuál de sus obras de teatro era su favorita, a lo que él siempre respondía: "La última". O bien: "Posiblemente la versión publicada de La gata sobre el tejado de zinc".

Y es que Williams era tan célebre por sus obras como por las numerosas revisiones que hacía de ellas después de estrenadas. Pese a que La gata sobre el tejado de zinc obtuvo el premio Pulitzer de teatro en 1955 (el segundo Pulitzer de Williams, tras Un tranvía llamado deseo), el texto definitivo fue fijado por el dramaturgo en 1974, cuando la obra se reestrenó en el American Shakespeare Theatre de Stratford, Connecticut, con una nueva versión del tercer acto que nunca le gustó a Elia Kazan.

En sus Memorias, Williams confiesa que "de mis piezas, [La gata sobre el tejado de zinc] es la más próxima de ser a un tiempo una obra de arte y una muestra de oficio. En mi opinión, no sólo está muy bien montada, sino que todos sus personajes resultan divertidos, verosímiles y conmovedores. Y también responde al honorable canon aristotélico según el cual una tragedia debe ofrecer unidad de tiempo y espacio. [...] Tenía la convicción de haber logrado, con el personaje de Maggie, un muy auténtico y conmovedor retrato de una joven esposa cuya frustración en el amor, unida a un sentido práctico, la llevan a seducir literalmente a un marido desatento. Pero seducir es un término demasiado suave: Brick se ve netamente empujado a la cama por Maggie".

La gran aceptación que tuvo La gata sobre el tejado de zinc, al margen de los premios en cine y teatro, no sólo lo demuestra las gatas varias que vinieron después de la original (en Broadway se han realizado hasta la fecha cuatro representaciones de la obra: en 1990, 2003, 2008 y 2013, con Kathleen Turner, Ashley Judd, Anika Noni Rose y Scarlett Johanssson, en el papel de Maggie, respectivamente; y en España cinco: en 1959, 1979, 1984, 1996 y 2010), sino anécdotas como ésta que menciona Brian Parker, en el apéndice de la obra publicada por Alba Editorial en 2007: "La gata sobre el tejado de zinc es una de las obras favoritas de Fidel Castro, que cuando conoció a Williams le saludó con un "¡Oh, esa gata!".

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