El escritor catalán Andreu Martín entró con buen pie en la novela negra con Aprende y calla, a la que siguieron El señor Capone no está en casa, A navajazos, Prótesis, Por amor al arte, El caballo y el mono, Si es no es, Amores que matan, ¿y qué?, Barcelona Connection, El hombre de la navaja, Bellísimas personas, así hasta llegar a su novela para adultos número cuarenta y seis, Los escupitajos de las cucarachas. Quién mejor que Martín para escribir sobre los secretos del género. Lo hace en su ensayo Cómo escribo novela policíaca, publicado por Alba, en la colección Guías del escritor.

Al contrario que otros escritores de novela negra (como Nicholas Blake, seudónimo del poeta Cecil Day-Lewis, autor de La bestia debe morir y padre del conocido actor Daniel Day-Lewis), Martín no escribe como una manera de evadirse de la realidad: "Para mí, escribir no es sinónimo de huida sino todo lo contrario. Cuando escribo, si me distancio de la realidad no es para eludirla sino para verla con perspectiva, mirarla de lejos tratar de comprenderla. Es una forma de combatir el absurdo, la tristeza y el terror pánico; no de salir corriendo".

Cómo escribo novela policíaca es antes un libro de memorias que un manual al uso. Así sabemos que para Martín escribir novela policíaca es mucho más que un arte. Muchas veces es un balance consciente del mundo, de la sociedad, los sentimientos, los deseos, los miedos. Esta es la primera lección que aprendemos de su libro, en el que también hace un repaso de la historia del género, sus autores y sus métodos de trabajo.

Es ya una costumbre inveterada en España admitir e imitar si objeciones lo que nos viene de fuera y, salvo escasas excepciones, despreciar lo propio. Es por ello que Cómo escribo novela policíaca merece una atención especial, porque es un manual entusiasta y ameno, que tiene mucho de dietario en el que el autor anota lecturas, citas (siempre perspicaces) y lecciones de todo tipo, y que amenaza con convertirse en definitivo para todos aquellos que quieran conocer la verdad del género detrás de las palabras.