La repercusión que ha tenido esta obra como testimonio de primera mano sobre la guerra de Las Malvinas la convierten en una referencia imprescindible para saber cómo ocurrió aquella confrontación bélica. Ariel Mortinelli cuenta su experiencia al ilustrador Bayúgar que, a través de un dibujos directo, sin florituras, realizados al servicio total de la narración, muestra todo el cúmulo de despropósitos que llevaron a la dictadura argentina a distraer la atención de sus propias miserias. Empieza en el verano de 1981 y concluye en junio de 1982, al regreso de las tropas. En medio, el lector verá cómo unos adolescentes, sin la apropiada instrucción, y totalmente engañados sobre la realidad de esas islas, se encontraron con un infierno de hambre, frío, enfermedades y, lo peor de todo, con un ejército profesional mucho mejor preparado. El capítulo quinto, Peones contra reinas, es un todo un ejemplo crudo y descarnado de lo que realmente fue todo aquello para los argentinos que además contaban con infiltrados ingleses entre sus filas: muertes, llantos, y guerra. Desde la primera página, el lector no puede despegar sus ojos de la obra.
