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teleserie Los límites de la política

El poder por encima de todo

La reina Isabel II ojea una réplica del Trono de Hierro LP/DLP

Durante una comida -en Madrid, Las Palmas de Gran Canaria o, por ejemplo, Barakaldo-, dos líderes políticos antagónicos estrechan su mano para sellar un acuerdo por el cual ambos dejan a un lado parte de sus ideales y promesas electorales con el único objetivo de mantenerse próximos al poder. Así de crudo y, también, así de cotidiano. Un enemigo común une mucho en este tipo de estrategias, por encima de los razonamientos partidistas que abandera cualquier formación porque en este tipo de pactos lo que realmente importa es mantener por encima de todo el liderazgo o lo que es lo mismo, impedir que les desalojen del sillón de mando aunque ello conlleve pactos 'contra natura'.

"Quien pierde en el juego de tronos muere", afirma en ese sentido Cersei Lannister, uno de los personajes mejor logrados y más odiado de la saga Juego de Tronos, la teleserie basada en los libros de George R. R. Martin que muchos dirigentes españoles, desde hace unos meses, utilizan en sus discursos para ilustrar la situación política actual de nuestro país.

Aquella comilona y sus consecuencias, tan reales como frecuentes, puede haberse extraído también de una de las tantísimas escenas sobre tejemanejes políticos que ofrece la exitosa producción de HBO basada en la saga de novelas Canción de fuego y hielo, y que dirigentes políticos españoles, sobre todo de la 'nueva izquierda', emplean en sus argumentos para endosar a las tradicionales fuerzas políticas lo negativo de esas alianzas insostenibles y, por otro lado, para apropiarse de la épica romántica que protagonizan en Juego de Tronos los personajes afanados en librar del yugo de la tiranía a las clases sometidas.

En los foros de internet hay opiniones para todos los gustos sobre la utilidad que ahora se hace de la saga de George R. R. Martin: están quienes opinan que se trata, simplemente, de una modernidad oportunista para empatizar con el -joven- potencial espectador de Juego de Tronos y luego existen otros internautas que defienden el vigente paralelismo entre la vida política actual y las tramas narradas en este éxito mundial, cuya quinta temporada siguen actualmente en todo el mundo millones de fans.

"Hay que ser rigurosos y explicar que en el caso de Pablo Iglesias", líder de Podemos que hace unas semanas regaló al rey de España, Felipe VI, los DVD's de Juego de Tronos, "ya ofrecía desde hace años en la Universidad Complutense de Madrid conferencias sobre cine y política. Es un tema que siempre le ha interesado porque es un gran aficionado" al séptimo arte, explica el doctor Saturnino Martínez, profesor del departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de La Laguna. "No quiero que mis explicaciones se entiendan como una justificación a nadie; soy un mero seguidor de la serie que ofrece su opinión", aclara.

Así, considera "acertada" la utilización de los argumentos de Juego de Tronos por parte de la clase política para transmitir sus propuestas electorales. "Estos textos de estructura mítica como los que escribe R.R. Martin ofrecen dos elementos o herramientas importantes: cuando tratamos de transmitir una idea, siempre es difícil precisar el sentido correcto de lo que se quiere decir. A veces", cuenta, "se habla mucho pero no se logra centrar el tema de manera clara. Sin embargo, ese mensaje puede ser más efectivo y lograr mayor conexión con el ciudadano comparándolo con situaciones conocidas, como lo ocurrido en la denominada Boda Roja -una matanza clave en el devenir de la saga-, o haciendo referencia a la manera de entender el poder que defiende por ejemplo la familia Lannister", uno de los sanguinarios linajes aspirante a acceder al Trono de Hierro, el máximo símbolo de poder en este universo de ficción. De hecho, en el transcurso actual de la serie son los Lannister quienes ocupan la mítica silla forjada con legendarias espadas, cuya réplica ha sorprendido incluso a la reina Isabel II, que no pudo ocultar su interés en una muestra itinerante que recaló hace meses en Londres y ahora se puede visitar en Madrid.

"La segunda utilidad que ofrecen las tramas de la serie" para utilizarla dentro del discurso político "es que se basan en la encarnizada lucha por el poder por parte de todos las familias aspirantes -Lannister, Targaryen, Stark, Baratheon...- Es una serie muy politológica y traslada al espectador la idea de que el poder tiene una lógica propia y, por lo tanto, que si quieres acumular o mantener ese poder debes usar bien esa lógica".

Las claves de la lógica

El doctor Saturnino Martínez pone como ejemplo "una partida de barajas; la mano siempre será lógica dependiendo de tus cartas, y según lo que quieras hacer en el juego, usarás una u otra lógica" para ganar. "Si juegas al póker o al envite", prosigue, "las reglas ya están puestas. Y en el poder es igual: tiene una lógica propia, es decir, unas reglas, pero si te las saltas puedes acabar como la familia Stark", que no respetó esa lógica del poder, es decir, las normas del juego, y propició el asesinato de Robb Stark y su madre, Catelyn Tully, merecedores aspirantes al Trono de Hierro para muchos espectadores y lectores, pero que acabaron brutalmente asesinados -en esta serie nadie muere de un modo amable- por no cumplir el acuerdo de matrimonio alcanzado con la Casa Frey, otra de las familias de la saga, quienes además llevan a cabo la matanza porque cuentan con el apoyo, secreto hasta entonces, del maquiavélico Tywin Lannister, todo poderoso jefe de la familia, cruel y acaudalado personaje de Desembarco del Rey, que sin duda es quien mejor uso hace de la lógica que implica el poder político para acabar con sus peligrosos enemigos a base de pactos -que sí cumple, por mucho que le pese- con otras familias poderosas.

"Tywin es quien mejor escenifica cómo manejar el arte del poder", matiza Saturtino Martínez sobre este personaje de Juego de Tronos. "Entiende que el mejor método para que sus aliados acepten su proyecto pasa por implicarlos, no por forzarlos, porque si impones tu fuerza, al final te vienes abajo. Es como lo que sucede en los gobiernos dictatoriales actuales, que se apoyan en el Ejército de su país para gobernar, otorgándoles prebendas para tenerlos del lado del poder. Cuando eso falla, cuando el Ejército te da la espalda, como ha sucedido actualmente con el Gobierno egipcio o algunos países del Este de Europa, todo se desmorona y los responsables militares acaban posicionándose en contra del poder".

Tiene tan claras sus maniobras políticas el patriarca Lannister que acuerda casar a su hija, Cersei, con el heredero homosexual de la enemiga familia Tyrell; y a su hijo Tyrion, enano, putero y sumamente inteligente, con Samsa, la joven hija, virgen, del patriarca de los Stark, un hombre íntegro y adorado por su pueblo, a quien permitió que su nieto -el odiado Joeffry- decapitara ante la mirada de la lánguida muchacha. "Y además me debéis dar un nieto, fruto de cada una de estas relaciones", añadió este estratega con el fin de asegurar así la supervivencia del linaje Lannister. Un hacha, vamos.

Kaleshi, Tyrion y Jon Nieve

Sería complicado y muy extenso continuar analizando uno a uno los planteamientos políticos que defiende cada uno de los cerca de 40 personajes principales que rodean la serie, pero sería un delito no mencionar, al menos, a los cuatro más importantes por su visión política: la khaleesi Daenerys Targaryen; el enano Tyrion Lannister; la enloquecida Cersei Lannister y el íntegro Jon Nieve, aunque el inquietante Varys y el terrorífico Meñique merezcan también una especial atención; el primero, porque como él mismo reconoce "la información es poder" -y por eso atesora los más íntimos secretos de todos los personajes-; el segundo, propietario de un burdel, defiende, en primer lugar, la importancia de alimentar los bajos instintos de su adinerada clientela, obligándolos así a guardarle respeto, fidelidad y un poco de miedo por si abre la boca, y además, al haber nacido en una familia muy pobre tiene una obsesión enorme por el dinero "ya que es lo único que te puede alcanzar al poder", repite a menudo.

Daenerys, por su parte, es adalid de la justicia. Hija de reyes destronados, resulta el personaje más atractivo de la serie por su bondad y, también, por su particular manera de hacer cumplir la ley. Es dura, es bella y es dueña de tres dragones, que viene a ser, trasladada a la vida moderna, como si fuera consejera delegada de IBM, Appel y el HSBC.

La poderosa joven es referente para muchas políticas actuales, como por ejemplo Tania Sánchez, ex de Izquierda Unida y Pablo Iglesias, otra seguidora de la saga de Canción de hielo y fuego y coautora del libro Ganar o morir. Lecciones políticas de Juego de Tronos, donde asegura que los guiones de la serie son "un verdadero manual de ciencia política del que extraer aprendizajes".

Continuando con la khaleeshi Targaryen, en la serie ha ido liberando a diversos pueblos de sus opresores y éstos se han ido sumando a ella, formando un ejército que, sumado a los dragones y a su feminismo radical, la colocan en buena posición para lograr colocarse en el Trono de Hierro, aunque eso puede variar de la noche a la mañana porque al autor no hay cosa que le vuelva más loco que asesinar a cualquiera de los protagonistas a la primera de cambio.

"Hay quien ha querido ver en esa liberación de sociedades oprimidas alguna similitud con los cambios que se han vivido en Latinoamérica desde los años 90, con su particular revolución, pero yo lo veo muy forzado", explica el doctor Saturnino Martínez, profesor del departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de La Laguna.

Sobre Cersei Lannister, Martínez considera que "es otro ejemplo" de animal político. "Ella es mala pero todo lo que hace tiene como objetivo poner en alza su linaje ante el poder, aunque ella misma se pueda ver perjudicada; llega a sacrificar a sus hijos por los intereses de la familia".

Los dos últimos personajes a destacar, Tyrion Lannister y Jon Nieve, éste, hijo bastardo de Ned Stark, son los dos papeles masculinos que más seguidores y defensores tienen.

"Es el más político de todos", dice Martínez sobre Tyrion. "Es el único que sabe jugar con las reglas que implica el poder, adaptándolas a sus necesidades. Al tratarse de un enano y ser repudiado por su familia, se convierte en un superviviente que siempre irá de farol en el juego político porque sabe que el resto tendrá mejores cartas que las suyas. Sin embargo, al ser más inteligente, no olvidemos que desde el primer capítulo lo vemos leyendo libros", puntualiza, "sabe adaptarse mucho mejor a las circunstancias y generar mejores pactos", concluye este sociólogo y antropólogo de 47 años.

Para el final dejamos al bueno de Jon Nieve, que representa al líder absoluto desde hace una temporada, ya que antes era avasallado constantemente por sus hermanastros y su madrastra.

Él también ha sabido jugar sus cartas acercándose a los peligroso pueblos salvajes, llegando a intimar con ellos pero sin olvidar sus objetivos de reunir a los Stark, su familia, y lograr que sean ellos quienes accedan al Trono de Hierro porque como dice el lema de la serie, el invierno se acerca -winter is coming-, o lo que es lo mismo, se avecinan cambios. En Invernalia. Y en la política de España y del mundo, que observan cómo la ficción de una serie puede acercarnos a la pura realidad.

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