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Alexis Ravelo

iniciativas culturales

Sobre el arte de transmitir el arte

Diversos creadores y especialistas destacan la importancia de la puesta en común y el intercambio que propician los talleres para completar el aprendizaje

Por paradójico que pueda parecer, en cualquier ámbito o disciplina, "lo esencial no se enseña, pero se puede aprender", afirma el poeta y catedrático de Literatura de la Universidad de La Laguna Andrés Sánchez Robayna, fundador y coordinador del Taller de Traducción Literaria, en su Universidad, desde junio de 1995, hace ahora veinte años. "Nosotros no 'enseñamos' a traducir en el sentido convencional de la palabra; para eso ya están las escuelas y las instituciones regladas. Lo que caracteriza a un taller seriamente concebido es que todos los participantes han de implicarse y comprometerse por igual, y, en ese sentido, todos aprendemos de todos", agrega Sánchez Robayna, quien coordina, además, la edición del 'Boletín del TTL', donde se da cuenta de las actividades, y que lleva 17 números publicados. Una treintena de libros de la literatura universal han sido traducidos por los participantes, en su mayoría profesores y alumnos de la Facultad de Filología de la Universidad de La Laguna, junto a escritores. Explica que, aunque el Taller tenga un carácter estable, cada curso se producen nuevas incorporaciones, además de colaboradores puntuales, entre ellos nativos del idioma del autor en que se está trabajando, y que son de lo má variopinto: junto a escritores de las lenguas europeas mayoritarias, hay griegos, suecos, rumanos, portugueses, checos, catalanes, daneses, polacos? y se plantean abordar también, en un futuro próximo, a japoneses y árabes.

"Es urgente impulsar los conocimientos de crítica musical y musicográficos a través de talleres y otros cauces no convencionales para aficionados, pues lamentablemente este 'género' está perdiendo el protagonismo mediático y social de otro tiempo", advierte el periodista y crítico musical Guillermo García-Alcalde, quien, por espacio de cuatro jornadas, entre los próximos días 6 y 9 de octubre, impartirá el Taller 'Critica Musical', en la sede de la Fundación Martín Chirino, en el Castillo de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria. Subraya, asimismo, el carácter "práctico e interactivo" como la nota que distingue a un taller de un seminario o una charla al uso. "A partir de la experiencia directa, auditiva y visual, cada escritura individual será debatida por todos y cada uno de los participantes para la decantación más eficaz de los textos", señala García-Alcalde de este taller, promovido, conjuntamente, por la Real Academia Canaria de Bellas Artes de san Miguel Arcángel. "Hay que tener en cuenta que la crítica musical no es una disciplina reglada en la enseñanza convencional, y de ahí la importancia de estos encuentros", sostiene el especialista, quien con su taller inaugura el ciclo de actividades 'El arte de pensar el arte' de la Fundación Martín Chirino, en el que también se inscribe el taller que impartirá, sobre su propia disciplina, el escultor Manolo González, entre el 20 y el 22 de octubre. Luego de sendas conferencias magistrales que pronunciará el filósofo Francisco Jarauta -en torno a la obra de Chirino- los días 26 y 27 de noviembre, el módulo se reanudará, con un carácter más teórico, a lo largo de la primera quincena de diciembre, con la participación de los críticos y escritores Nilo Palenzuela, Jorge Rodríguez Padrón y Eugenio Padorno, que abordarán en sus conferencias respectivas la vinculación entre poesía y artes plásticas en el lega cultural canario.

García-Alcalde dedicará algunos momentos de su taller al análisis del devenir histórico de la crítica musical clásica, y en ese sentido recuerda que "Canarias y muy especialmente este periódico, que sigue siendo un referente casi exclusivo de crítica en las diversas disciplinas artísticas", manifiesta, desempeñaron un papel determinante a nivel nacional. "En Canarias es justo recordar a Agustín Quevedo, José Antonio Cubiles, Luis Jorge Ramírez, Rafael Nebot, José Luis Gallardo, todos ellos fallecidos, por no remontarnos a los tiempos de Benítez Inglott o Doreste Silva. El único que sigue activo en Las Palmas es José Sampedro, a sus 84 años", relata, consciente de que, mientras en otro tiempo los cultivadores del género coparían una pletórica guagua, hoy cabrían en un modesto utilitario de segunda mano?

"Siempre se dio en nuestro entorno un peculiar protagonismo de la música de concierto y de la ópera, en consonancia con una creciente burguesía que, por otra parte, no tenía al alcance muchas otras expresiones de cultura viva", explica García-Alcalde, para diagnosticar que "el 'decalage' actual no mueve al optimismo, en una ciudad con temporadas de abono de la Sociedad Filarmonica y la Orquesta Filarmonica, temporada de Ópera, Festival Internacional, o entes como Promuscan que, en trece años, ha ofrecido más de 200 estrenos absolutos de autores canarios, etcétera". Considera que este desfase entre manifestaciones musicales y crisis de la crítica no es achacable a la actual coyuntura económica, pues "antes de la crisis, la decadencia del género ya era notoria".

Un curso impartido por un creador, en vez de por un teórico de la misma disciplina, permite "una transmisión de conocimientos empíricos desde la empatía, que de otro modo no se da", manifiesta el escultor Manolo González, docente del taller 'De la idea a la forma: escultura', en la Fundación Martín Chirino, en el Castillo de la Luz. Los procesos creativos que van desde la gestación de ideas a su resolución final en formas escultóricas centrarán estas jornadas. "Se puede enseñar la técnica, y dar a conocer así los razonamientos y mecanismos de investigación, pero siempre debe existir un sustrato, creo que fisiológico, que conecta íntimamente lo intelectivo y emocional, pues una obra de arte se lleva a cabo con todo el cuerpo", subraya.

"Es obvio que debe haber unas cualidades naturales y un cierto talento previo para un arte determinado, pues, de lo contrario, un estudio con un gran esfuerzo no pasará de ser un mero virtuosismo más o menos correcto, y la realización artística va siempre más allá de lo estéticamente correcto", agrega González. A través de la puesta en común de las experiencias se consigue, justamente, "superar lo mimético o meramente reproductivo, e ir más allá de la técnica. El arte es, antes que nada, intencionalidad, y en el tránsito de una idea a una realización concreta, es determinante el modo en que se vinculan el intelecto y las emociones", explica el autor -entre otras muchas obras públicas- de esa descomunal pieza, de casi 10 metros de altura, que es El Tritón, a la entrada de Las Palmas de Gran Canaria, en diálogo, tal vez, con El Atlante, de Tony Gallardo, que flanquea el otro extremo del longitudinal casco urbano.

¿En qué medida condiciona a un artista una obra social? "Significa un plus de compromiso y exigencia. Uno abandona la intimidad de su taller, y esto no debe ser tomado como una limitación del albedrío, sino como un estímulo y un reto", explica Manolo González. "En la obra pública hay que hacer lo que uno sabe hacer y se espera de él, que para eso se le ha contratado, como me ocurrió a mí, para esa obra, por ejemplo, con el alcalde Saavedra. Pero, finalmente, hay que sorprender al público con un plus de innovación. Es una dialéctica entre la línea habitual de un creador y una aportación novedosa; un enriquecimiento para el espacio y para el propio artista".

En 2005, hace ahora un decenio, Ámbito Cultural creó el Club de Lectura 'Dolores Campos Herrero', en homenaje a la tempranamente desaparecida escritora canaria. "Proliferan por todas partes los talleres de escritura, nosotros mismos contamos con uno, pero, ¿qué ocurre con ese importantísimo paso previo que es aprender a leer?", argumenta Pablo Sabalza, director de esta institución cultural dependiente de El Corte Inglés, en Las Palmas de Gran Canaria. Bajo esa premisa, se puso en marcha este taller de lectura que, con periodicidad mensual, acoge la obra de un autor, para ser desglosada conjuntamente por los participantes. Fue un paso posterior a la creación del Taller de Escritura, que entonces impartía Campos Herrero, y que ahora imparte el también escritor y periodista Santiago Gil. "Contra quienes niegan la importancia de los talleres literarios hay que pensar que algunos escritores inicialmente autodidactas se reforzaron en ellos; es el caso de Raymond Carver, un referente ineludible, por lo demás, en cualquier taller a la hora de abordar el relato", explica Gil, que cultiva narrativa y poesía. "Trato de transmitir a los asistentes que para mí no hay más camino de aprendizaje que la lectura y el paso de los años escribiendo cada día como un galeote. Por eso me apoyo mucho en los escritores con los que yo he aprendido, y trato de recomendar muchos libros en cada sesión. También insisto en que alcanzar la sencillez y la soltura a la hora de escribir no es tarea fácil. Por ello recomiendo siempre que trabajen con humildad y que no se apuren por publicar a las primeras de cambio", afirma Gil, alertando también sobre el riesgo de que los talleristas confundan el aprendizaje de unas jornadas por el de toda una vida. "Trato de hacerles ver que cualquier arte es una carrera de fondo y no de velocidad", subraya. Un cuento breve del argentino Marco Denevi debería figurar, ciertamente, a la entrada de los talleres de escritura: "Lo sé -decía el escritor honrado-. He escrito la mitad de lo que quería escribir y publicado el doble de lo que debí publicar".

."Más acá del clásico eslogan correlativo de 'Mens sana in corpore sano', nuestro lema orientativo es que el cuerpo sano es producto directo de la mente sana", explican al alimón el médico Juan Carlos Durán y el psicoterapeuta Juan Ignacio Romón, coordinadores de Terapia Integrativa, una empresa especializada en formación de medicina integrativa y en atención a pacientes en centros médicos y hospitales de las Islas y diversos puntos peninsulares. Bajo el epígrafe "Técnicas Mente-Cuerpo", impartirán un taller multidisciplinar intensivo los días 3 y 4 de octubre en el hotel Cristina, de Las Palmas de Gran Canaria, dirigido a profesionales de la salud y público en general.

Con la participación de más especialistas, los módulos abarcan yoga, psicodanza, meditación, relajación, musicoterapia o nutrición. "El taller no puede tener un contenido más integral, pues junto a aportaciones teóricas, los participantes practican en la gestión de sus emociones. La inteligencia emocional es indisociable de la salud corporal", explica el doctor Durán. "No basta con aportar supuestos teóricos para superar el estrés o las preocupaciones obsesivas, por ejemplo, sino que son necesarias las aplicaciones prácticas", subraya, para argumentar también: "Una de las múltiples crisis de hoy en día es que estamos persuadidos de que la ciencia va por detrás de la evidencia, y es lógico que la gente busque cauces alternativos y complementarios".

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