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Cuando el futuro nos alcance

Cuando el futuro nos alcance

La editorial Lunwerg publica ´Ciencia ficción´, la guía de referencia más completa y documentada que todo amante del género debería saber

Es raro este mes de octubre. El pasado miércoles día 21 se cumplió la fecha en la que Marty McFly viajaba al futuro a bordo de su Delorean en la segunda parte de Regreso al futuro. La película dirigida por Robert Zemeckis en 1989 imaginaba una utopía tecnológica que aún no es realidad, y mucho me temo que tampoco lo serán las de 2001, una odisea del espacio de Stanley Kubrick, La guerra de las galaxias de George Lucas o Star Trek de J.J. Abrams. Pero no todo está perdido, trekkies (fans de Stark Trek). Hace unos días llegó a las librerías uno de los libros con más futuro de este siglo lleno de claroscuros. Se trata de Ciencia ficción: crónica visual del género más apasionante de la galaxia, de Guy Haley, publicado por Lunwerg. En la portada del libro la silueta de la nave estelar Enterprise nos da la bienvenida a un universo donde la ficción apocalíptica se da la mano con la exploración espacial, lo inexplicable con el tecno-thriller, el terror con el ciberpunk, los mundos alternativos con los mundos perdidos.

Dicen que en la variedad está el gusto. Y en Ciencia ficción hay de todo, como en botica, desde blockbusters de Hollywood (Depredador, Robocop, Transformers) hasta series de televisión británicas (Doctor Who, Supercar, Guardianes del espacio), desde libros de culto (Fundación, Dune, El día de los trífidos) hasta revistas dedicadas exclusivamente a este género, como la legendaria Amazing Stories, que sacó su primer número a la calle en una fecha tan lejana como 1926, el mismo año que nació Anne McCaffrey, autora de la saga Los jinetes de dragones de Pern. Según el historiador Sam Moskowitz, esta publicación fundada por Hugo Gernsback, admirador del escritor Julio Verne, cuya obra es la segunda en aparecer en el libro por detrás de Frankenstein de Mary Shelley, fue "el acontecimiento más importante en toda la historia de la ciencia ficción".

El afán enciclopedista de Guy Haley le lleva a realizar un análisis exhaustivo de un género "cuyo impulso narrativo depende de sucesos, tecnologías, sociedades, etc., que son imposibles, irreales o que se describen como si ocurrieran en el futuro, en el pasado o de un mundo de creación alternativa". De ahí que al lado de títulos como El planeta de los simios de Pierre Boulle, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick o Las puertas de Anubis de Tim Powers, aparezcan también La carretera de Cormac McCarthy, Hijo de los hombres de P.D. James y El cuento de la criada de Margaret Atwood, una escritora que ha superado con éxito el abismo a veces insalvable entre la ciencia ficción y la ficción convencional, y a la que Haley le afea que en cierta ocasión definiera el género como "calamares parlantes en el espacio".

Pero no es la lista de títulos de novelas, películas y teleseries la que convierten este libro en algo especial. Son las reseñas que acompañan a cada una de las entradas profusamente ilustradas, ensayos concisos de una veintena de colaboradores, entre los que se encuentran el escritor israelí Lavie Tidhar, autor de Osama (hay edición española en RBA, 2013), ganadora de World Fantasy Award, que combinan comentarios perspicaces, apuntes sobre el contexto histórico y cultural, así como una buena cantidad de anécdotas. ¿Sabían que el crítico Harold Bloom escribió que "Ursula K. Le Guin [autora de La mano izquierda de la oscuridad] más que Tolkien, ha elevado la fantasía a alta literatura en nuestros tiempos"? ¿O que Stanley Kubrick hizo construir una centrifugadora gigante de 30 toneladas, que costó 750.000 dólares, para simular una gravedad como la terrestre en 2001, una odisea del espacio?

Se necesita una gran pericia para escribir un artículo profundo y cautivador de sólo quinientas palabras sobre películas como La guerra de las galaxias, Encuentros en la tercera fase y Regreso al futuro; o sobre novelas representativas del género como Mundo anillo de Larry Niven, Pórtico de Frederik Polh y Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams. La saga que hizo millonario a Adams, y, contra lo que suele suceder, no le hizo vivir mejor (murió de un ataque al corazón a los 49 años mientras trataba de perder unos cuantos michelines flácidos en el gimnasio) es "el patrón de referencia para cualquier intento de fusionar ciencia ficción con humor. [...] Adams tenía antecedentes eclécticos que abarcan tanto el Monty Python´s Flying Circus como Doctor Who, en los que trabajó de vez en cuando como escritor y guionista".

Aunque no es la primera guía de ciencia ficción que se publica (hace poco el escritor e ingeniero aeronáutico Miquel Barceló sacó Ciencia ficción, nueva guía de lectura, en Ediciones B), sí que nunca antes el diseño gráfico había tenido verdadera importancia, como señala el escritor Stephen Baxter en el prólogo: "El diseño gráfico de este libro, por sí sólo, aporta contenido, contexto y comparaciones de las obras más importantes del género. [...] Acompañando la entrada de Frankenstein, por ejemplo, no sólo encontrarás una cronología del libro de Shelley que te guiará a través del texto, sino también una cronología de las diversas recreaciones de la historia, desde la primera versión cinematográfica de 1919 en adelante, junto con espléndidas ilustraciones, hasta llegar a Benedict Cumberbatch en el papel del monstruo en la versión teatral de Danny Boyle (2011)".

Ciencia ficción, como casi todas las obras enciclopédicas (excepción hecha de la primera que cayó en mis manos, Biblioteca Salvat de Grandes Temas, donde uno podía encontrar volúmenes dedicados a la explosión demográfica, la contaminación, el nacimiento de un niño, la liberación de la mujer, el cáncer o la economía de los países socialistas, pero no a la ciencia ficción), se presta a más de una, dos y tres lecturas. Además de por películas o libros, el lector puede entrar en contacto con la ciencia ficción a través de sus autores, algunos olvidados, como el autor de La intersección de Einstein y Nova, Samuel R. Delany ("el único escritor afroamericano -y gay- en un campo dominado por hombres blancos heterosexuales"); otros clásicos, como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke o Robert Heinlein, y otros nuevos, como Lauren Beukes, autora de Las luminosas, novela que retoma la premisa de los viajes en el tiempo.

Tal vez no haya honor entre ladrones, como dice un viejo refrán inglés, pero entre lectores es otra cuestión. Háganme caso y háganse un favor. Pónganse a leer hoy esta guía que espero se convierta en referente para todos los autoestopistas galácticos cuando el futuro nos alcance. Quienes crean que sólo es una guía para nostálgicos (como yo, sin ir más lejos) no conocen que "cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás", como dijo Winston Churchill. Y si nada de esto ocurre, el viaje habrá merecido la pena. Mientras tanto y hasta entonces, disfrutad del paseo.

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