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cómic

Cervantes de La Mancha

Miguel Gómez recrea la vida del creador del Quijote al modo de una obra teatral en un corral de comedias del siglo XVII

¿Me creerían si les digo que el autor de la obra más importante de la literatura española, y la más publicada y traducida después de la Biblia, era un hombre pobre cuya vida fue un rosario de calamidades?

Cervantes. La ensoñación del genio es una semblanza estructurada al modo de una obra teatral en los que un narrador realiza en un corral de comedias un bosquejo biográfico del protagonista. La explicación a esta curiosa forma de articular la historia se debe a que su autor, Miguel Gómez Andrea Gol, es un dramaturgo y actor que estuvo interpretando a Sancho Panza y que escribió hace siete años un guion teatral sobre la vida de Cervantes que cayó en el olvido.

Ateniéndonos a los diferentes temas que trata, la obra está dividida en dos partes, la primera habla de la vida de Cervantes, pero la segunda se centra en el proceso de creación de su obra maestra y como sus personajes lo terminaron absorbiendo. Sin embargo, encontramos elementos discutibles si nos ceñimos al rigor histórico. De este modo, en el primer cuadro, que comienza cuando Cervantes con apenas veintiún años abandona su casa para viajar a Italia, Miguel Gómez da crédito a la hipótesis de que en realidad huyó por haber herido en un duelo a un tal Antonio Sigura, maestro de obras.

En el segundo cuadro, el cautiverio de Cervantes en Argel se mezcla con La historia del cautivo, y el gobernador de Argel, Hasán Bajá, tiene un aspecto muy magrebí para ser veneciano. El cuarto cuadro muestra a Cervantes en la cárcel, cuando engendra a Don Quijote, según él mismo cuenta en el prólogo de la novela. En este caso, Miguel Gómez solventa ambiguamente en la última viñeta el hecho de que no se sabe si se refería a que comenzó a escribirlo mientras estaba preso simplemente lo ideó.

Las viñetas carecen de línea negra que las separe y están creadas a partir de colores planos con lo que el dibujo es algo rígido. Algunas están inspiradas en imágenes clásicas como la primera del tercer cuadro basada en la ilustración El cautivo y el renegado hablando de la carta de Lela Marien que Gustave Doré realizó para la edición francesa de la novela. El idioma de los diálogos y el narrador es arcaizante, pero en lo justo, de tal modo que recrea un español antiguo sin resultar grandilocuente o arduo. Si tenemos en cuenta a Andrés Trapiello cuando afirmó que Cervantes fue "El hombre que tuvo una vida llena de casi todo pero que parece condenado a tener que resignarse con biografías llenas de casi nada", crear un cómic sobre un hombre del que sabemos muy poco es todo un reto en el que la historia se tiene que mezclar necesariamente con conjeturas. Aún así, el resultado es delicioso.

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