Clara Plath refuerza su propuesta con este disco de rock vigoroso y contundente en el que sabe encontrar un sonido que se mueva con soltura entre la independencia y el éxito comercial. Poniendo su voz y sus magnificas letras como elementos cohesionadores y con el fenomenal cuarteto que le sirve de acompañamiento para construir una propuesta siempre solvente y virtuosa, este Grand battement destaca principalmente por su rica variedad de texturas que recoge elementos de un amplio abanico de cantantes del pasado que van de Lene Lovich a Lydia Lunch. El disco comienza con una Crazy liar en la parece que estamos escuchando a la mismísima Nina Hagen de sus comienzos, con sus gorgoritos vocales inclusive. Broken dolls podría pasar por un tema de los No Doubt menos condescendientes. Y Waitiing for my dog es una hermosa balada que recuerda a la carismática Ambrosia Parsley de Shivaree y que resuma sensibilidad por los cuatro costados. Tras un álbum, un EP y varios acústicos, la cantante se consolida entre las grandes sorpresas del año.

Estopa tiene la virtud de que, con nueve discos a sus espaldas, sabe sacar todavía jugo fresco a una fórmula que ha machacado de forma insistente: la rumba-rock. Y es que en su terreno nadie es mejor que ellos. Pero ahora consiguen renovarse con tintes de pop, rock, reggae y punk, aunque sin perder las bases de su sonido primigenio. La esencia de sus primeros discos, las de sus éxitos más conocidos, están presentes en Se me olvida la vida o Mundo Marrón. Añaden un riff medio heavy a Nadie sabe lo que me pasa, incluyen baladas como Pastilla para dormir o Con el vientoy destacan los arreglos suntuosos de Ando buscando, el sonido jamaicano de Gafas de rosa y la intimista Se me olvida la vida . El grupo se arrebata en temas como Corona de espinas y Tonto. Y todo acaba con una melodía con aires californianos y ochenteros cercanos al AOR como Sin sombrero. Al dúo de los hermanos David y José Muñoz le siguen diez músicos que logran vertebrar el trabajo que el grupo necesita para mantener su estatus multitudinario.

El prolífico José Guerrero deja a un lado a los magníficos Betunizer, para dar forma al tercer disco de uno de sus proyectos paralelos, la música de un combo que practica un punk vitalista y contagioso en el que están presentes las esencias de las grandes bandas en este género. Para ello se junta con otros músicos experimentados como el batería Óscar Mezquita (Derrota, Zanussi), el guitarrista Ubaldo Fambuena (Los Tacohombres) y el bajista Nicky Perry (Obleans, Flipping Colors) creando una auténtica golosina para el aficionado exigente. Puro mental tricolor recuerda al power-pop de Parasites, Puré mental tricolor al hardcore de Superchunk, mientras que Vístelo con tu éxito tiene la esencia de los mejores Wire. El grupo sabe introducirse por un post-punk de líneas matemáticas con aires de bandas antológicas como 999 en Capando la señal o Vibrators con Deseo de expresión. Pero los títulos más animados tienen el sello de grupos de la costa oeste americana como Teen Idles o Minor Threat en Trae tu cara y decórala bien y Aclarando perfiles.