"Esta edición ha sido la mejor teniendo en cuenta el presupuesto"

"Esta edición ha sido la mejor de su historia si tenemos en cuenta la escala presupuestaria". Así de satisfecho se mostró Luis Miranda, director del Festival Internacional de Cine de Las Palmas, al finalizar una edición en la que el chino Bi Gan se alzó con la Lady Harimaguada de Oro con el título Kaili Blues. "Este es un festival que apuesta por un tipo de cine que lo tiene crudo para estrenar en las salas, apuesta a veces por películas que hacen una apuesta radical, desde el punto de vista estético, y que se la juegan pero también creo que estamos consiguiendo un festival capaz de ofrecer diversidad en sus propuestas".

Después de diez jornadas de proyecciones, talleres y conferencias; cerca de 100 largometrajes, 50 cortos e infinidad de piezas; toca hacer balance. Las sensaciones son bastante positivas en su máximo responsable, gracias al apetito creciente del espectador grancanario, la variedad de estilos y gustos que ha ofrecido la programación, la incorporación del Teatro Pérez Galdós como escenario y sede de la gala inaugural, la consolidación del Monopol Music Festival (MMF) y las jornadas dedicadas a la industria. Además, Miranda reconoce tener mucho ilusión depositada un mayor uso del Pérez Galdós, para acoger los pases de la Sección Oficial y en el Mercado del cine casi hecho, una de las novedades de la próxima edición, y que servirá un espacio para el encuentro entre profesionales en la costosa fase de la postproducción.

La primera de las razones que justifican un balance positivo está en la asistencia de espectadores. El programa de proyecciones finalizó ayer con seis pases por lo que la organización del certamen aún no maneja datos oficiales. Sin embargo, Miranda señala que "creemos que van a ser datos positivos y que van a ser mejores que los del año pasado, una edición en la que duplicamos los resultados de 2014". En esta ocasión esperan una subida más moderada y "aún podemos subir mucho más la cifra de asistentes". Además, Miranda destaca una mayor presencia de público joven -entre los 20 y 30 años- "que es complicado ya que parecían haber abandonado las salas de este tipo de cine".

Un segundo apartado para la felicidad de la organización está en el peso creciente de los cineastas canarios como plataforma para el debate y la visualización de sus trabajos. Miranda apunta que dedican un esfuerzo especial a la sección del Canarias Cinema. "Una cuestión que siempre ha estado presente es que ese cine existe pero carece de visibilidad y, en este sentido, nos da la impresión de que este año hemos dado un salto", expuso el director del certamen. "Dedicamos el primer fin de semana a este cine, generamos debate y me da la impresión de que hemos dado un pasito para que todo este arte tenga mayor visibilidad", apuntó.

La gala inaugural, celebrada en el Pérez Galdós con la dirección artística de Elio Quiroga, ha sido el punto más criticado de esta edición. Pero, Miranda no guarda malas sensaciones al respecto. "Cada uno puede opinar lo que quiera, evidentemente. Yo creo que fue una gala sobria y en la que estuvo Michel Camilo tocando un tema espléndido al piano", valoró. El director excuso a Quiroga. "Hay que tener en cuenta que era su primera experiencia" y se reafirmó en la idea de entregar esta ceremonia cada año a un cineasta, salga lo que salga. "Quiero decir que forma parte del juego y del riesgo y en este sentido estoy tan satisfecho como del resto del festival", añadió.

Este es un certamen que goza de prestigio y reconocimiento entre el sector. "Hace ya años que nos sitúan entre los más destacados del panorama nacional", recordó Miranda para lamentar, a continuación que "lo que pasa es que es difícil ser profeta en tu tierra". Este aseguró que "es complicado posicionarte o lanzar tu mensaje después de que el certamen desapareciera en 2013. Esto implicó una caída en nuestra capacidad mediática y ahora parece que, poco a poco, vuelve a hablarse".

Miranda también echa en falta una mayor presencia de inversores privados. Porque el análisis de fondo no puede separarse de las posibilidades económicas del certamen. En este sentido, considera que "nos hemos convertido en muy buenos gestores de la precariedad", con un presupuesto de 400.000 euros cuando "los economistas especializados en festivales sitúan la linea que diferencia a los grandes de los demás en los cinco millones", detalló. Estos niveles de inversión dependen del apoyo estatal y el tejido empresarial. "Nosotros quisimos ser grandotes y ahora somos medianitos o pequeños y, dentro de esta escala, hay cosas que mejorar. Sabemos cuáles son. Pero, para ser sincero, creo que lo hacemos francamente bien".