La Dama de las Sombras es una novela construida a través de varias voces, que sigue muy de cerca la biografía conocida de la poeta gallega Rosalía de Castro. Unas veces oímos las reminiscencias de la propia Rosalía, recordando, fundamentalmente, su niñez en casa de las tías Josefa y Tarexia, otras veces son cartas de la poeta a su marido, Manolo Murguía, cuando éste estuvo trabajando en Madrid; hay también un narrador omnisciente que cuenta cómo sucedieron las cosas, o son las tías mencionadas las que toman la palabra para quejarse de la liviandad de su hermano, clérigo y padre de la pequeña, y hasta hay un capítulo entero dedicado al cotilleo y la maledicencia del vecindario. Con estos mimbres va Seoane tejiendo la nada fácil vida de una mujer, nacida en un país y una época muy difíciles para que una fémina demostrara capacidad intelectual y espíritu independiente. A tal dificultad se ha de añadir que Rosalía de Castro, de salud siempre quebradiza, dio a luz siete hijos, vio morir a dos y vivió en medio de deudas y estrecheces económicas.

Pero de lo que más se resintió siempre fue de la incomprensión de su Galicia natal, y se queja amargamente de tal situación en las cartas a su marido. Desanimada porque la llaman la "literata" con desdén, y porque hay quien cree firmemente que es su marido quien le escribe los poemas que ella publica con su nombre, Rosalía de Castro le pregunta, retóricamente, "todo lo que escribí ¿de qué vale? ¿Tiene fuerza para cambiar algo? ¿Para torcer el destino? ¿Para ayudar? [?] ¿No somos aún más aborrecidos en nuestra propia tierra, excepto en una pocas instancias, precisamente por lo que escribimos? Mira la curia. Mira las "viejas familias". Mira tu "querida y levítica Santiago".

Las referencias a la intelectualidad de la época y al llamado "renacimiento gallego", así como las difíciles relaciones de la cultura con la política, están un tanto forzadas en la obra, en las páginas menos noveladas, y no ayudan a construir a los personajes, aunque ofrecen información de interés sobre el ambiente decimonónico.

En la novela hay pasajes costumbristas bien conseguidos, como la noche tormentosa en que nació Rosalía o su llegada a la casa de las tías que la han de cuidar. Estos pasajes marcan el tono de la obra, así como el hecho de que la primera reminiscencia comience con un mal presagio, ya que la memoria tiene "garras" que le impiden el descanso. Lo que no excluye que, como toda persona joven y enérgica, haya Rosalía tenido una "época en la que todavía soñaba con conocer la fama y lo que llamaban mundo [?] Y Espronceda, y Byron, y Lamartine, y Hofmann -a quienes había leído como mi pobre imaginación me había dado a entender, pues no eran muchos los libros que llegaban a Compostela- comenzaban a arrebatarme el corazón con aquella fruición de los primeros ardores, cuando todo era tan deslumbrante y tan nuevo y apremiaban los tiempos".

Al igual que sucede en la última novela de Ángeles Caso, Todo ese fuego (2015), sobre las hermanas Anne, Charlotte y Emily Brontë, La Dama de las Sombras no añade nada que no sepan quienes se hayan interesado con anterioridad por la biografía de estas autoras. No obstante, también es cierto que, para captar el sentido de una historia tan fragmentada, es necesario conocer, aunque no sea profundamente, la poesía de Rosalía de Castro, su galleguismo y su "saudade".