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La escritora María Hernández Martí presenta esta tarde en la Feria del Libro la novela gráfica 'Que no, que no me muero'.LA PROVINCIA / DLP

28ª Feria del Libro Protagonistas

María Hernández: "Protesto contra la obligación de estar eternamente tranquila y suavecita"

"La parte social de estar enferma es agotadora, no tienes energías para contar lo mismo varias veces", afirma la autora de ' Que no, que no me muero'

"Ya tomo remolacha, gracias", señala Lupe, alterego y protagonista de Que no, que no me muero (Modernito Books, 2016). "Y si me muero no es el fin del mundo", agrega. Ambas pinceladas dan forma al lienzo que trazan a dos manos la escritora María Hernández Martí y el ilustrador Javi de Castro, en una divertida aventura gráfica que descubre que tal vez la risa no sea terapéutica pero, sin duda, es el mejor bálsamo contra la adversidad.

¿Cómo surge la aventura literaria Que no, que no me muero

Yo escribo cuentos hace años ya. Publiqué un libro de cuentos en 2008 y, hacia 2010 tenía una pequeña colección de cuentos, colgada en un blog. Entonces, Sheila R. Melhem, editora de Modernito Books, los leyó, le gustaron y quiso publicarlos. Y hablando con Antonio, otro componente de Modernito Books, tuvieron la idea de convertirlos en un cómic. Yo nunca pensé estar escribiendo un cómic. Entonces Javi de Castro, el dibujante que eligieron Sheila y Antonio -y no fue fácil encontrarle-, adaptó los cuentos y los dibujó.

¿Cuánto hay de autobiográfico en este libro?

Pues yo tuve cáncer en 2009. Y era muy cansado para mí estar informando diariamente a todo el mundo de cómo iba la cosa. Muchos de mis amigos viven lejos. Yo no tenía energía para contar lo mismo varias veces: "Me pincharon cuatro veces, la biopsia dice que esto, me operan tal día, me ingresan tal otro, empiezo la quimio el jueves". La parte social de estar enferma es agotadora. Entonces, empecé a escribir en un blog que, en principio, era puramente informativo, daba el parte y ya. "Hoy, esto". Tres líneas. Pero lo que pasó fue que, como estaba tanto tiempo en el hospital y en salas de espera y por ahí, empecé a ver historias y cosas que contar, y fui dejando los partes informativos y entrando en los cuentos por la vía del pequeño reportaje. Y luego, ya entré en el territorio de la ficción.

¿Escribir esta historia fue una manera de afrontar el proceso de la enfermedad?

Pues en realidad no particularmente. Yo siempre escribo. Igual que siempre leo. Escribir no me sirve de terapia, sino que es parte de mi normalidad. Sin leer no puedo estar, eso sí.

La contraportada previene de que "si buscan serenidad, rollo zen y buenos sentimientos, aquí no es". ¿Un aviso contra quienes buscan autocompasión?

Yo creo que es la verdad. Lupe no es un personaje sereno ni inspira paz ni amor universal. Está enfadada y harta de oír lo que considera insensateces.

Con esa perspectiva realista, sarcástica y directa, ¿quiso huir del sermón moralizante y evangelizador que tiende a imperar en estos casos?

Un poco sí. A mí me ponen de malas los consejos no deseados. Y cuando estás enferma te llueven.

¿Lupe surge como una reacción a eso?

No, en realidad creo que surge porque sí, porque yo tenía historias que quería contar. Pero tampoco es que haya emprendido una guerra santa contra los invasivos bienintencionados.

¿Cuánto hay de usted en el personaje de Lupe?

Hay una parte, sí. Compartimos la impaciencia y la forma de reaccionar ante la adversidad: con una mezcla de rabia y sentido del humor. Pero también tiene bastante de otras personas, Lupe. Yo soy una escritora tipo urraca: voy viendo las cosas que brillan por ahí, las cojo y me las traigo al nido.

Hasta ahora, ¿cómo ha sido la acogida del libro?

La acogida hasta ahora ha sido muy buena. Y el libro me gusta mucho, cosa que no suele una decir con sinceridad después de años de trabajo y semanas de promoción monotemática. Con Javi he aprendido mucho sobre comunicación y narración.

Al final, más que abordar la enfermedad en sí, Que no, que no me muero

Sí, gracias. El libro no va de cáncer, o eso digo cuando tengo oportunidad y alguien me cree. El cáncer es el trasfondo sobre el que suceden las cosas. Tu lectura me gusta. Yo pongo más énfasis en que la indignación y la risa son compatibles y a algunos de nosotros nos sirven de motor para enfrentarnos a la adversidad. Protesto contra la obligación de estar eternamente tranquila y suavecita.

Con todo, ¿nos aguardan futuras historias en el tintero?

Ahora tengo ganas de escribir cosas que no pasen en hospitales. Y tengo unas pocas historias, a medio masticar aún.

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