En la muestra colectiva Iconocracia, que aloja el CAAM desde enero, una treintena de artistas cubanos deglute la tradición iconográfica de Cuba para construir un imaginario crítico propio por medio del arte. En paralelo, durante estos meses, 70 alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Gran Canaria han estudiado este proyecto expositivo para luego traducir sus propias lecturas en un nuevo universo artístico que, además, tiende puentes entre las realidades de Cuba y de Canarias. Y después de meses de tormentas de ideas, estrategias de pensamiento visual, lecturas y relecturas en común, este nuevo relato colectivo descubrió el telón ayer en el CAAM, donde podrá visitarse hasta el próximo 22 de mayo.

Este desafío artístico se inscribe en la 15º edición del proyecto Territorio Okupado (TOK), que embarca a los estudiantes en el proceso de producción, montaje y exhibición de sus propias obras, con las que okupan el CAAM durante algunas semanas. "Territorio Okupado genera un aliciente más en la formación dentro del aula, porque muchos alumnos se encuentran con una primera ocasión -a veces, única- de exponer en un espacio como el CAAM, pudiendo ver todo un proceso creativo que, finalmente, ven culminado en las propias salas", apunta Pedro López, subdirector de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Gran Canaria.

Esta muestra de TOK se reparte en tres áreas diferenciadas, donde se agrupan las distintas interpretaciones por temática o disciplina. En conjunto, las obras se inspiran en el escenario concreto de Cuba, en los mensajes y contradicciones que constituyen su iconografía social y que recoge Iconocracia. Pero muchas de las piezas destilan algunas de estas cuestiones y las trasladan a la realidad del Archipiélago como, por ejemplo, la condición de isla, el conflicto identitario, el horizonte turístico e, incluso, los lazos afectivos entre ambos lugares. "En muchos aspectos se dan paralelismos muy potentes", apunta López.

Bajo el epígrafe Similitudes, la primera sala acoge las propuestas de alumnos de segundo curso del Ciclo Formativo de Grado Superior de Fotografía, quienes exhiben las costuras en la construcción de la identidad de Canarias a través del autorretrato, el fotomontaje y la publicidad. Esta desnudez de todas las imágenes prototípicas asociadas a una visión idealizada de la postal turística del Archipiélago evoca en muchos sentidos el capítulo No hay tal lugar, dentro de Iconocracia. Por su parte, los estudiantes de tercero de Diseño gráfico reproducen la "iconofagia" de la sociedad de consumo con un mosaico de iconos que, en contraste con el discurso axiomático de Fidel Castro, reproduce las trampas y embustes del mercado capitalista en la era de la globalización. Corazones patentados, móviles diseñados para fallar o el "compro, luego existo" constituyen los encabezados de este cuestionamiento ideológico titulado El absolutismo de los mercados. Junto a esta pieza, los alumnos de primero de Artes aplicadas de la Escultura reproducen este enfrentamiento entre iconografía y poder sociopolítico, y lo hacen en el símbolo de la valla publicitaria, que cala en el imaginario desde sus enclaves privilegiados.

La segunda sala de la muestra aloja las propuestas del primer curso del Ciclo Formativo de Grado Superior de Joyería Artística, que gravitan alrededor de las posibilidades del cuerpo humano, como sucede en el capítulo de Iconocracia titulado Del Nosotros al Yo. En este caso, los estudiantes utilizan materiales reciclados, como cuerda o metal, para crear piezas de bisutería, como anillos que evocan la dualidad del país cubano, y que alcanzan su máximo significado en el juego de sombras que proyectan en las paredes de la sala.

Por último, en la sala contigua, el alumnado del Ciclo Formativo de Grado Superior de Cerámica Artística despliega un panel de papel de porcelana que, bajo el título El poder de la imagen, emula e incorpora un gran código QR, que conecta a la página de Facebook en que se detalla todo el proceso creativo de la instalación. "Iconocracia trabaja aspectos de lenguaje muy locales, así que nosotros hemos querido trabajar aquí con el concepto del lenguaje o código universal que puede entender todo el mundo", señala Marian Alonso, profesora de la Escuela de Arte. "Nos interesaba reflexionar sobre esa dualidad entre isla y globalización, con la que convivimos a diario".

Con todo, Inma Pérez, del departamento de educación y acción cultural (DEAC) del CAAM, quiso destacar que "el museo no son sólo las cuatro paredes, como tampoco lo son las escuelas". "Esa es la misión de TOK: establecer lazos de unión y emprender juntos el proceso de aprendizaje". Y que el público pueda disfrutarlo.