La capital grancanaria se reconvertía hace unas semanas en un plató de cine, pero fue anoche cuando comenzaron a rodarse por fin las primeras escenas de película. La calle Núñez de la Peña, junto a la plazoleta Padre Hilario, donde desemboca Perojo, se envolvió ayer en las atmósferas de la ciudad marroquí de Casablanca en los años 40 para ser testigo del primer beso entre los célebres Brad Pitt y Marion Cotillard.

Tras el aterrizaje de la actriz parisina en Gran Canaria desde el Festival de Cannes, la ciudad contaba las horas para alojar la primera jornada del rodaje de Allied con la pareja de superestrellas, a las órdenes de su director Robert Zemeckis (Regreso al futuro, Forrest Gump). El aclamado protagonista de El club de la lucha y Seven filmó ayer las primeras escenas de Allied en Gran Canaria, que ya se consolida como la mayor superproducción que ha alojado jamás el Archipiélago. Ambos actores filmaron distintas secuencias en torno a un vehículo de época con el que realizaron múltiples ensayos previos a lo largo de la tarde. Pero, además, protagonizaron una de las escenas más románticas del filme, ante la discreta expectación de los vecinos al otro lado de las cortinas, así como otros tantos curiosos apostados en las vallas que acordonaban la zona de rodaje.

Así, apenas despuntaba la tarde en el barrio de Arenales, cuando las vías de Perojo, Canalejas, Obispo Rabadán, Murga y Pedro de Vera se cerraron al tráfico y los establecimientos contiguos a Padre Hilario bajaban sus persianas para el resto de la jornada. En paralelo, una lengua de arena se extendía en la bocacalle de Nuñez de la Peña donde luego, con la caída de la noche, desfilaría la pareja cinematográfica formada por Pitt y Cotillard, ataviados con ropas de época, en los papeles de Max Vatan y Marianne Beausejour, dos espías en una misión mortal en la Segunda Guerra Mundial. Ambos protagonizan la historia de un romance que, aunque vivió anoche una de sus escenas más apasionadas, se internará en una espiral de recelos y desconfianzas con motivo de la verdadera naturaleza del personaje de Cotillard.

Este emplazamiento cinematográfico en Arenales ya había comenzado a viajar en el tiempo desde hace poco más de una semana, cuando los operarios comenzaron a transformar la fisonomía de los edificios. Sin embargo, fue ayer cuando se erigió en una auténtica travesía de Casablanca a mediados del siglo XX. Un local antiguo de Tabacs, fachadas y puertas de arquitectura árabe, cartelería de la época, alfarería y utillería de aspecto ancestral y vehículos de época constituyen el atrezo que enmarcó una de las escenas principales de Allied. A esto se suma la edificación de un falso garaje de estética antigua, que bloquea el acceso de la plazoleta Padre Hilario a Núñez de la Peña y que completa la decoración de este pequeño plató fílmico. "Siento que tengo Hollywood en la puerta de casa", manifestaba, con alegría, una de las vecinas de la zona, antes de internarse en el portal para observar la escena detrás de los cristales.

A pesar de la enorme expectación, el silencio se hizo poco a poco en el set de rodaje hacia las 17.00 horas. Después de la avalancha de coches y furgonetas con las últimas tandas de material audiovisual -cámaras, trípodes, tráilers y elementos de escenografía- que se adentraron en Núñez de la Peña, llegó el esperado desembarco de Brad Pitt. El actor estadounidense, con traje y pajarita, irrumpió en la calle Canalejas a bordo de un jeep de color blanco, saludando a varios seguidores a su paso, hasta alcanzar la citada calle junto a Padre Hilario. En este enclave lo esperaba Zemeckis, con su ya mítica gorra de Gran Canaria, acompañado por el amplio equipo de producción de Sur Film, quienes se prestaron a mostrar al actor los decorados del enclave. Un poco más tarde, llegaba la gran Marion Cotillard, quien se enfundaría en un elegante vestido verde de época, que traía su ayudante en uno de los coches de producción.

Entre tanto, muchísimos curiosos se agolpaban en torno a las vallas que acordonaban las zonas de rodaje, contenidos por unas grandes medidas de seguridad. "¡La he visto, la he visto dando vueltas con el coche!", exclamaba una de las vecinas de la zona, que se declara "fan absoluta de Marion", porque "es guapísima y una gran actriz". Sin embargo, parece ser que Brad Pitt acaparaba la mayoría de las atenciones y muchos de sus seguidores lamentaban el hermetismo instaurado desde el equipo de producción que, a partir de media tarde, cerró todo acceso a las zonas adyacentes del rodaje. "Tengo a Brad Pitt a 150 metros y no puedo verlo, ni tan siquiera de lejos", se lamentaba una de las vecinas.

A un tiempo, los clientes del Irish Corner, en Padre Hilario, apuraban los últimos cafés en la terraza con motivo del cierre del local, que únicamente abriría sus puertas para atender los requerimientos del rodaje. Otros tantos establecimientos, en cambio, tuvieron que cerrar sus puertas a cal y canto, como en el caso de la tienda Uniformes.com, situada en la esquina de Canalejas con Núñez de la Peña.

Además, numerosos vecinos de la zona se comprometieron, mediante contrato con la productora, a no abrir ni asomarse a las ventanas, balcones o azoteas en el transcurso de la jornada de filmación -acuerdo por el que se vieron compensados con una cantidad económica-. No obstante, hasta entonces, muchísimos de ellos se inclinaban con sus cámaras y teléfonos móviles para tratar de congelar imágenes del despliegue y, sobre todo, de sus protagonistas.

Por su parte, el IES Politécnico Las Palmas, en Canalejas, que imparte clases en horario nocturno, también modificó su rutina habitual a petición de la productora, de tal manera que los estudiantes y profesores únicamente pudieron acceder al centro por la puerta trasera, toda vez que hubo que suprimirse el timbre entre clases.

Además, tanto este centro como otros tantos edificios de la zona alojaban diversos focos en posiciones estratégicas para iluminar la que, sin duda, ha sido una de las escenas principales de Allied. Como desveló la producción esta semana, las tres jornadas de rodaje se desarrollarán durante la noche, como sucedió de forma simultánea ayer en la calle Malteses, lo que dificulta las miradas de los curiosos.

Con todo, el despegue del rodaje tuvo lugar con normalidad y con la mayor discreción, y ni siquiera una lluvia incipiente empañó el curso de la primera jornada. Después de realizar diversos ensayos, la pareja de superestrellas filmó escenas de la película hasta bien entrada la noche. Y así transcurrió la primera y esperadísima jornada del rodaje de Allied, que continúa este fin de semana en distintos enclaves de la capital grancanaria, para novelería de tantos ciudadanos que hoy comparten espacio con grandes nombres del celuloide.