Hoy más que nunca, el final hacia el que se encamina nuestro mundo sea un futuro inevitable y no una profecía o un despropósito. Desde luego, para Elio Quiroga lleva años siéndolo, y es que difícilmente hubiera podido escribir Idyll, Los códices del Apocalipsis y, sobre todo, Los que sueñan, ganadora de la IX edición del Premio Minotauro 2015, sin estar convencido de ese final. No obstante, la historia de Dante, que vive retirado en una cabaña con su mujer, Dana, y su hijo, Justin, no persigue trascender, sino entretener con las cosas que les suceden, cosas que, sinceramente, dudo mucho que a estas alturas (véase Matrix, Origen) nos sorprendan, pero eso da igual. A cualquiera le gustaría instalarse por un rato en alguna especie de limbo donde nuestra alma digitalizada pueda existir en un cielo de su elección.
