Alejandro Sanz es el artista español más laureado de la Historia. ¿Es también el artista español más importante en directo?

Creo que estamos ante el compositor-artista más importante en el directo en España, sin duda alguna. Esta noche esperamos sumar unas 10.000 personas, que era el objetivo que nos habíamos marcado, y que seguro que conseguimos.

¿Cómo se desarrolla la producción de un artista de la talla del madrileño?

El espectáculo está muy bien hilado, porque es la segunda parte de una gira española que comenzó el año pasado, y a la que este año ha añadido estas 12 fechas en verano. Para armar un espectáculo como este nos enfrentamos al tema de la insularidad, porque Alejandro tiene un diseño escenográfico muy importante y visual, de categoría internacional. Aquí se contrata una parte de equipos locales de última generación, mientras que la parte escenográfica -sus equipos, instrumentos y mesas-, que son unas 20 toneladas, vinieron en barco desde Jerez. Alejandro siempre viaja con esto y con un equipo fijo de 36 personas, que es lo que da la garantía del sello de su show.

Después de citas como la de Bruce Springsteen en 2012, ha habido un vacío en materia de grandes conciertos en la Isla. ¿Es muy difícil traer producciones importantes a Canarias?

Nosotros hemos abierto una delegación en Canarias hace dos años, de la que soy responsable, y hemos apostado por una programación de calidad en las Islas. Empezamos con Malú, Manuel Carrasco, Carlos Rivera y Raphael, y después de Alejandro Sanz, seguiremos con Maluma. Es cierto que hubo un parón en Canarias, porque no se vendió todo y hubo un exceso de programación en un momento determinado. No se acertó. Mi objetivo con Planet Events, que viene a Canarias desde hace muchos años con artistas de la talla de Maná, Shakira, Juanes, Marc Anthony o Alejandro Fernández, es seguir programando y dando contenido a las Islas. En este sentido, seguimos teniendo la insularidad, lo que significa que tenemos que traer a los artistas en avión, vehículos internos, cargas en avión y barco; lo que supone unos costes, junto con los cachés de los artistas. Pero yo tengo ganas de seguir trabajando para que las Islas estén donde tienen que estar dentro del mundo musical y que tengan los mejores artistas que puedan tener.

¿En qué medida atribuye ese vacío a una falta de implicación por parte de las instituciones en los últimos años?

Ahora mismo estamos un poco huérfanos de instituciones, claramente. Creo que antes había demasiado y ahora hay muy poco, aunque parece que se están empezando a animar y a darse cuenta de que esta programación es buena para la Isla, que genera una dinámica de contratación de empleo. Además, el espectáculo es la mayor industria del mundo, es lo que demanda la gente porque uno asocia sus mejores vivencias personales a sus experiencias musicales. Pero hace falta ayudar, no sólo plantear un espacio, porque, además, a la parte institucional le viene muy bien que se nombre a Las Palmas de Gran Canaria en la gira de Alejandro Sanz, por ejemplo. Tenemos que ver la fórmula: este es un negocio de empresas privadas y los riesgos los asumimos nosotros, pero tienen que existir ayudas, sobre todo por lo que conlleva la insularidad. Es en esa parte en la que tienen que ayudar las instituciones para que esto ruede y que Canarias pueda seguir en el circuito de los grandes conciertos.

Su apuesta pasa por combinar, de forma muy seguida, conciertos y eventos de distintos formatos. ¿Cómo ha funcionado?

Nuestra experiencia es que es la primera vez que se hacían eventos de diferentes formatos, de más público a menos público, usando mucho la imaginación, y la experiencia ha sido artísticamente muy positiva para la ciudad. Lamentablemente, hay una programación de baloncesto que nos dificulta calcular con margen si podremos disponer de los espacios. En este sentido, deberíamos ser capaces de convivir más con los locales deportivos. En el caso concreto de Alejandro Sanz, por las características de su espectáculo, no hubiésemos cabido en ninguno de los recintos. Pero necesitamos una dinámica y una colaboración con deportes y afinar nuestros calendarios porque, para programar grandes cosas, tenemos que tener claro que disponemos de los locales. En otras ciudades conviven dos equipos de baloncesto con muchos más días de espectáculo, porque hay muchas más sinergias. Ese es el reto.