La irrupción de los dispositivos electrónicos en la industria del libro hizo temblar a los amantes del papel, las cubiertas, las tipografías y las ilustraciones. Y aunque el asalto amenazaba con convertir el libro tradicional en el compact-disc de la literatura, la realidad es que los lectores prefieren leer en papel. Así lo evidencian los datos y demandas que registran las bibliotecas públicas y librerías en Canarias que han abierto sus catálogos a la oferta híbrida de literatura impresa y en pantalla. "Las cifras de ventas de libros electrónicos frente al libro tradicional es anecdótica, prácticamente testimonial", afirma Antonio Rivero, presidente de la Asociación de Libreros de Las Palmas y propietario de la Librería Canaima. Su establecimiento en Senador Castillo Olivares se embarcó en la venta de libros electrónicos en 2010 a través de Libranda, empresa dedicada a la distribución electrónica para editoriales y librerías. "Nuestra media de venta de libros electrónicos es de unos 15 o 20 copias al mes", revela. "Se habla mucho del e-book como enemigo del libro, pero no lo es en absoluto". El librero revela que incorporó el escaparate digital "porque entendimos que la tendencia iría a más y que había que apostar por ambas fórmulas". "Pero la realidad es que el formato electrónico no ha sido el boom que se anunciaba hace cuatro años", afirma. "La curva ha ido en sentido contrario: el ritmo de crecimiento del e-book no sólo se ha estancado, sino que ha disminuido".

Precisamente, Libranda difundió el pasado trimestre su Informe Anual del Libro Digital 2015 para todo el territorio, que establecía que la venta de libros electrónicos en España género 30 millones de euros en 2015, mientras que el volumen del negocio del libro en papel fue de 900 millones de euros; lo cual se traduce en una cuota de mercado del 3% para el libro en pantalla. "La venta de libros electrónicos plantea hándicaps a las librerías independientes frente a grandes plataformas, como Amazon, donde puedes comprar los libros en la tienda Kindle y descargarlos directamente en tu dispositivo", señala Rivero. "En casos como el nuestro, no es un proceso sencillo ni intuitivo porque el libro no se adquiere con un sólo click, sino que tienes que instalar un programa en tu dispositivo, sincronizar las bibliotecas y descargar el libro". "Creo que deberían estudiarse fórmulas para poder adquirir el libro en un sólo click", añade.

En este sentido, el informe de Libranda expone que los grandes canales de distribución de libros electrónicos, como Amazon o Google, centralizan la venta digital en un 79,7%, toda vez que el 3,4% se realiza a través de librerías independientes; el 13,3% en las marcas digitales de grandes cadenas, como El Corte Inglés o la Fnac; y el 4,7% se corresponde con libros digitales prestados de las bibliotecas.

Bibliotecas

La situación de las bibliotecas públicas en Canarias es análoga a la de las librerías. En septiembre de 2014, el conjunto de bibliotecas de las siete islas ingresó en la plataforma pública y gratuita de descarga de libros digitales eBiblio Canarias, un servicio de la Red BICA. Bibliotecas de Canarias promovido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con la colaboración del Gobierno de Canarias.

Dirigido a socios de todo el Archipiélago, este sistema de préstamos online abre sus puertas a la literatura mediante diferentes dispositivos (tablets, smartphones, PC o e-readers) y posibilita la lectura en tres formas: en streaming, en la nube con apps para iOS o Android y en el ordenador personal o e-reader. "Al principio, los usuarios eran muy reacios a utilizar este sistema pero, poco a poco, se han ido animando y funciona cada vez mejor", explica Josefina Lorenzo, encargada de la plataforma eBiblio Canarias y trabajadora en la Biblioteca Pública del Estado en Las Palmas de Gran Canaria. "El proceso para registrarse y acceder al libro es muy sencillo e intuitivo, porque sólo requiere el programa Adobe Digital Edition", añade. El plazo de préstamo es de 21 días, frente a los 15 del libro en papel, y permite efectuar reservas y renovaciones, además de recorrer sus anaqueles virtuales, clasificados por géneros y temáticas. Sin embargo, el abismo entre cifras habla por sí solo: las estadísticas señalan que, en lo que va de 2016, la media de préstamos de libros digitales en las bibliotecas públicas de las siete islas es de 620 descargas al mes. En cambio, la media de préstamos de libros en papel, sólo en la Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas, es de 7.500 ejemplares.

"Creo que no se le ha dado la difusión suficiente a la opción de los préstamos en formato digital", expone Lorenzo. "Lo interesante es que los usuarios sepan que cuentan con ambas opciones, porque te sorprendería la cantidad de gente, de todas las edades, a las que les resulta una opción más cómoda y práctica, incluso, entre personas mayores a las que les cuesta desplazarse". Además, Lorenzo destaca que la opción virtual comporta muchas ventajas para las pequeñas bibliotecas: "las bibliotecas municipales que no tienen mucho presupuesto se pueden beneficiar de este sistema porque disponen de menos recursos para acceder a las novedades, así que esta plataforma les permite acceder a libros que no obtendrían de otra forma". "El Ministerio nos dota a las bibliotecas públicas de lotes de libros pero nosotros, con la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno regional, intentamos comprar cada mes más novedades y títulos de autores canarios".

La plataforma eBiblio Canarias registra unas demandas concretas en materia de títulos y géneros más visitados. "Por lo general, vas a encontrar muchas novedades y mucho best seller, y muy poco de literatura profunda", señala Lorenzo. Estos datos van en consonancia con las estadísticas del informe de Libranda, que señala la novela romántica, la ficción contemporánea y el suspense como los géneros más leídos en soporte digital.

Entre los títulos más visitados del mes en eBiblio Canarias destacan El libro de los Baltimore, de Joël Dicker; Donde los escorpiones, de Lorenzo Silva; Dispara a la luna, de Reyes Calderón; o El día que el cielo se caiga, de Megan Maxwell. "Muchos de estos títulos se encuentran bajo reserva o no disponibles en eBiblio, con listas de espera de más de 10 reservas", apunta Lorenzo. Es el caso del último ejemplar de Joël Dicker, que acumula ahora 15 reservas, o el de Silva, con 10 lectores en cola.

Convivencia

Y como un baluarte de la belleza del papel, muchas librerías consolidadas, como Sinopsis, eluden la emigración de las letras a la pantalla. "Nosotros apostamos 100% por el papel", sostiene su encargada, Amparo Juiz. "Nuestra clientela es muy fiel y lo que le gusta es palpar los libros, curiosear las novedades", apunta. "Unos pocos preguntan por la alternativa digital, pero la mayoría nos cuenta que está harta de tanta tecnología y que el libro es el lugar que les permite desconectar". "Además, el formato electrónico no despierta el amor que despierta el papel", añade.

Esta realidad explica el auge reciente de pequeñas editoriales en España, que apuestan por ediciones mimadas como si fueran obras de arte, con bellas portadas, papeles finos, reediciones de clásicos o volúmenes ilustrados. "Los estudios demuestran que en la lectura en papel intervienen muchos más sentidos", apunta Rivero. "No creo que se pueda hablar de que un soporte sustituya al otro, sino de una convivencia: el libro electrónico es más práctico, por ejemplo, para los viajes, pero el papel es un placer intelectual y para los sentidos".