La venta de abonos para la edición número 33 del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) ha caído un 36% respecto a 2016, con especial incidencia en Gran Canaria, ya que en esta isla desciende en un 47,19%, mientras que la compra por parte del público tinerfeño -superior por primera vez a la grancanaria- refleja una caída del 10,45%. Estos datos negativos en el retorno a una inversión total de 1,3 millones de euros, han servido para justificar argumentos como el de la pérdida de atractivo de un programa que no incluye grandes nombres internacionales como reclamo para animar la actividad en las taquillas. Sin embargo, este descenso no es ninguna novedad, tal y como ha demostrado el Gobierno de Canarias con la publicación de los datos y la evolución en la venta de abonos de los diez últimos años. El certamen lleva años perdiendo una parte de su público más fiel, desde que en 2009 registró una recaudación de 589.523 euros solo mediante la venta de abonos. El curso pasado se ingresó 214.390 euros por este concepto. El capital embolsado hasta el momento, una vez finalizado el periodo de venta y renovación de abonos de cara a la edición que arranca el 7 de enero en Tenerife y el 8 de enero en Gran Canaria, es de tan solo 94.730 euros.

El Gobierno de Canarias se apoya en estos números para fortalecer la postura de considerar una prioridad el deber de actuar sobre el modelo y rumbo del Festival. Nino Díaz coordinador del programa de la próximo edición relativizó el martes pasado estos datos, al señalar que no preocupan en exceso a la organización al significar solo un 14% de todos los ingresos del certamen musical. De esta manera, el éxito o fracaso del retorno de la inversión depende de la respuesta del público ante la venta de entradas individuales y en este sentido, tanto el Gobierno de Canarias, como la Consejería de Cultura, que preside María Teresa Lorenzo, y Nino Díaz son optimistas, ya que la previsión que manejan calcula que recaudarán 541.336 euros en la venta de entradas para un solo concierto. El estudio parte del supuesto de una afluencia de público que ronde el 70% del total del aforo del Auditorio Alfredo Kraus y el Adán Martín, de las dos capitales canarias, y una afluencia en el resto de espacios de las ocho islas -incluyendo La Graciosa- del 40%, para obtener un resultado estimado en 673.962 euros en término brutos y 629.871 euros netos. De confirmarse esta recaudación las cifras estarían por encima de los obtenidos en los últimos cuatro años. En 2013 se ingresaron 517.668 euros netos; en 2014, 611.600 euros; en 2015, 540.550 euros; y el año pasado, 619.824 euros. Mientras que en 2011 se llegó a 963.913 euros en el total de entradas vendidas, tanto abonos como para conciertos individuales.

Por el momento no hay datos para medir la respuesta del público en este sentido. La venta de entradas individuales arrancó hace una semana, por lo que la organización no dispone aún de información sobre el ritmo en el despacho de este tipo de tickets.

El optimismo del gobierno regional y de la coordinadora actual parte de un incremento en el número de conciertos respecto a los años anteriores. En esta ocasión no habrá una figura como la del tenor peruano Juan Diego Flórez, que actuó en el concierto inaugural del 2016 con la Sinfónica de Londres y bajo la batuta de Christopher Franklin en el Alfredo Kraus. Este concierto llevaba semanas con el cartel de no hay entradas e incluso se notificó la presencia de reventas con precios que, según la orgranización, rondaban los 300 euros. La apuesta actual da mayor peso a la variedad de estilos, un mayor número concierto, un periodo histórico más amplio y una mayor presencia en las islas no capitalinas. Gran Canaria y Tenerife cuentan con diez conciertos de abonos, a los que se suman 67 fuera de abono en todas las islas, ocho de Sigue la música y dos actuaciones adaptados a un público con problemas auditivos, para 88 actuaciones de los cuáles 10 -cuatro en La Gomera, uno en Fuerteventura y cinco en El Hierro)- son gratuitos.