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Teatro

"Los monólogos en España son como una franquicia de Burger King"

"Hay un canal concreto de televisión que ha hecho más daño a este país que el terrorismo", indica Pedro Ruiz

Pedro Ruiz, ayer al mediodía en la playa de Las Canteras, durante la entrevista. SANTI BLANCO

'Eterno' es el espectáculo que trae por primera vez a Pedro Ruiz a Canarias. ¿El título tiene que ver con el carácter de incombustible del protagonista?

Esa puede ser una interpretación, pero el nombre de Eterno no está puesto por mí, sino porque Eterno es el show de la humanidad, porque repetimos constantemente las mismas cosas. Da igual estar en Roma quinientos años antes de Cristo o en Blade Runner. Repetimos los mismos errores, hablamos de las mismas cosas, nos posee la vanidad, nos vende la moda. Es el show nuestro de cada día.

La obra se estrenó en Madrid donde estuvo tres meses en el Teatro Nuevo Apolo para continuar por Santander, Pamplona, Calahorra, Zaragoza, Logroño, y ahora en la capital grancanaria en dos funciones en el Cicca. Se presenta además como un trabajo de madurez artística.

El tiempo concede perspectiva. Al principio crees que puedes cambiar el mundo y al final te conformas con que el mundo no te cambie a ti. Y lo que quiero es que al rebaño del que formo parte, hacerle los ratos más agradables. Seguiré siendo contestatario en mis libros y canciones, pero quiero que la gente esté consolada. La obra la estrenamos en enero del año pasado en Madrid. El que nunca me ha visto en teatro es que no me conoce. Es como si tú, con todo el respeto, juzgas a Messi porque lo has visto jugar al parchís. No tiene nada que ver. La televisión es la televisión, y esta cosa que hago en el teatro es inasumible en televisión. Esto no es un monólogo, es un espectáculo a la americana.

Que el público no se confunda.

No, no. Los monólogos, con todo mi respeto a los monologuistas, son como comprar una franquicia de Burger King. Es una cosa importada de Estados Unidos, que es el comedy show. Yo lo que he hecho toda la vida es un espectáculo múltiple donde hago de todo, con retroproyecciones, música en directo, con actrices, como decía a la americana. Procuro siempre que al salir el espectador no pueda explicarlo, con tantas cosas que no puedes contar. El monólogo en España es un negocio, y entre ellos no hay nadie que se plante ante el poder, todo son cosas de coña para que la gente pase un buen rato con una horchata. Y entre un youtuber y un artista hay mucha diferencia.

¿Quienes son los invitados a Eterno?

Pues aparecen en pantalla gente como Punset, Arturo Fernández, Lola Flores, muchos, interactúo con la pantalla como vengo haciendo desde el principio de mis tiempos. Cuando la gente iba solo con un micrófono, yo llevaba proyectores de 35 mm. Ahora con ordenadores es fácil. Los políticos están, pero me interesan muy poco. Están en el espectáculo por no defraudar a la gente. Yo estoy más por otras cosas. La actualidad es un eructo de la historia, se repite y se publica permanentemente lo mismo, y creo que a los políticos les he dedicado suficiente tiempo, demasiado tal vez. Si están, sale la niña de Rajoy, etcétera, etcétera, pero hablo más de conceptos, de consumo, de los bancos, del fútbol, de las relaciones de pareja, del sexo, y todo está montado con mucha riqueza. Me he cansado de ser un espectador político, pero está todo hablado. Hay montado un teatrillo de los políticos, que no mandan sino los ricos, los propietarios de las grandes multinacionales son los que manejan el mundo, y los políticos solo son servidores a comisión.

Todo esto se aborda en un tono satírico. ¿Es importante el ejercicio de la risa, incluso reírse de uno mismo?

Si, es básico. En el primer minuto hay una burla contra mí mismo y acabo el espectáculo con la noticia de mi muerte en un telediario.

¿Por alguna razón?

Es cuando uno se siente más libre. En ese momento rindo homenaje a gente del espectáculo español que se ha ido, y aprovecho para hacer un Fernán Gómez hablando con Dios y explicándole a Dios lo que le gusta y lo que no de lo que ha hecho. Nunca le he tenido miedo a la muerte, ni a la mía, es un estado de libertad clarísimo. Le tengo miedo a la muerte de mis seres queridos, y lo digo sin que tenga un tono fúnebre ni mucho menos. Y con el espectáculo me obligo a inventar todos los días para no aburrirme, estar despierto y no entrar en la decadencia de la repetición.

Las condiciones para hacer de la cultura o del espectáculo una profesión no son las más idóneas en España. ¿Cómo lo lleva usted?

Da gusto venir a Canarias por lo que se cobra comparado con la Península. A la gente se le ha explicado mal todo este asunto. Creo que Montoro, al que me dirijo de forma totalmente directa, es un atraco a mano armada con el 21 por ciento de IVA. Es un disparate y una venganza a "los de la ceja" o lo que sea, y hay mucha gente que no somos de ningún sitio. Y aunque así fuera, nadie se merece este 21 por ciento. Si la cultura estuviera entre las prioridades, sería otra cosa. Generas una actividad económica y no hay premio, sino un castigo. Y te habla un tipo que nunca ha tenido subvenciones, y como yo tantos.

¿Echa de menos la televisión?

Llevo trece años fuera de la televisión y espero volver ahora.

Tiene entre manos un proyecto, La Noche Encendida.

He presentado muchos proyectos y este lo he hecho público. Y no estoy en la televisión porque no quiera, sino porque no ha habido camino. Y luego, porque aparte de los problemas políticos, no quiero hacer indignidades. A mí me llama mañana Vasile para ofrecerme cosas y ni le escucho.

¿Hay rencor de por medio?

No, lo único que sé es que el único éxito en la vida es la dignidad, el exterior es una tormenta, y no hay dinero para que yo presente un programa indigno. Además, no soy un presentador, soy un conductor, ni siquiera periodista, soy un artista. Y estamos en vísperas de cambio, y si no se produce seguiremos con el teatro.

¿Y que opinión le merece la televisión en España?

Hay programas fantásticos y buenos con una audiencia relativamente pequeña, y luego un canal en concreto cuyo nombre no voy a decir, que le ha hecho más daño a este país que el terrorismo. Y con el diluvio de mierda que está cayendo, es difícil que salga alguna lechuga, pero forma parte del plan del sistema, que cada día la gente necesite más cosas idiotas, más ejemplos impresentables, porque de esa manera el rebaño es más manejable. Si se consume un producto es porque alguien la fabrica. ¿Quién es más culpable? El ser humano, y lo digo en el espectáculo, no es más que un chimpancé muy poco evolucionado que funciona por la triple B: billetes, barriga y bragueta. Y los bancos inventaron la 4B para manejarlos todos junto.

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