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Generación Z: mentalidad y lenguaje

Los 'post-milenio' forjan a través de Instagram, Facebook y Tumblr su mundo de relaciones más estrechas, marcan su ritmo de vida

Generación Z: mentalidad y lenguaje

En España, ser un millennial ya no es tan cool, tan trendy o tan tumblr como pertenecer a la Generación Z . Bueno, en verdad sí lo es porque, nacidos entre 1981 y 1995, se formaron y vivieron en hogares que prosperaban económicamente, disfrutando, la mayor parte de ellos, de un alto nivel de bienestar y confort.

Los millennials son amantes de la libertad, compradores exigentes y quisquillosos que, académicamente bien formados y sintiéndose al mando de su propia experiencia vital, creen que sus jefes pueden aprender mucho de ellos, sobre todo, desde el punto de vista de su originalidad en el trabajo y uso de las aplicaciones. Innovadores, creativos e independientes, los millennials modificaron, según ciertos clichés, el rumbo de la imagen, la terapia psicológica y ciertos aspectos de la conexión por internet. Expresiones tan propias de aquella generación del milenio como LOL -del inglés laughing out loud para indicar que un diálogo, una información, una idea o un clip cinematográfico les provocaba la risa-, freak (o friki; también friqui), para referise a personas con comportamientos o vestuarios inusuales o, más recientemente, "postureo", para señalar una cualidad o una virtud que no se tiene, han invadido nuestro día a día de la comunicación. Pero no es de los millennials de los que quiero hablar sino de la Generación Z, su idioma y su conducta.

Nacidos después de la generación del milenio, hoy en día, con clara repercusión en los trabajos de actualización de la Wikipedia, entre 1993/94 y la década de 2010, la nueva legión de jóvenes, una pequeña parte de ellos a punto de finalizar la carrera unversitaria, ocupan el 29'9% de la población mundial. En su amplia mayoría, sin embargo, la generación del post-milenio se compone actualmente de adolescentes y niños para los que la tecnología es lo primero. A través de Instagram, Facebook y Tumblr forjan su mundo de relaciones más estrechas. Influencers, followers y zed-followers de personajes y movidas de éxito, van marcando un ritmo de vida que los trendsetters (una nueva actividad profesional en el mundo de las tendencias de la moda y las marcas por internet) han calificado de comunicación zeta-específica. Aunque me duela aceptarlo, sobre todo, por mi profesión de filólogo, la Generación Z se comunica mejor a través de la imagen, están centrados en el futuro y a pesar de buscar mediante la utilización de estas dos realidades el éxito personal, tienen su propio lenguaje.

Con el denominado aprendizaje ubicuo, todo, o casi todo, lo aprenden por internet, acostumbran a leer en la tablet y acabarían de un plumazo con el debate "deberes sí, deberes no" si las tareas fueran online. Darles un consejo tranquilo o enfocarles la solución de un problema de manera pausada les provoca estrés. Solo creen en la cultura DIY (Do it yourself) y en el acceso a clouds (nubes: plataformas de almacenamiento de todo tipo de información e imágenes) como dos paradigmas absolutamente imprescindibles para construir su propia cosmovisión. Pasión por la nuevas tecnologías (a veces, verdadera concupiscencia) y hacer que sus hobbies coincidan con sus obligaciones forman parte de sus objetivos públicos y privados.

La Generación Z, como decimos, maneja el ciberespacio como nadie. Si les preguntas son perfectos en privacidad en la red. El manejo de aplicaciones como Snapchat, Secret y Whisper así lo demuestran. Viven, ya no en el boom, sino en el super-boom de la mercadotecnia digital. Por ahora, esta generación de autodidactas nativos del mundo digital quiere llamarse a sí misma geek generation o GG (fanáticos de las nuevas tecnologías). Para ellos, "ghostear" es ignorar, "nextazo" es algo así como pasar de algo o de alguien, sentirse on fire supone haber vivido recientemente un momento mágico, sorry not sorry significa que podría disculparse pero no, y si no estás en el networking de algún joven Z entonces es que no existes para él/ella. Desde el punto de vista de la importación de neologismos y modificación de códigos lingüísticos en nuevas formas de expresión y campos semánticos, la Generación Z muy bien podría ser una especie de semiótica en la que las experiencias, la emergencia y todo tipo de vicisitudes que son propias de dicha generación, como nos recuerda Nietsche en su discurso sobre la conciencia genealógica, obliga a que un grupo determinado de hablantes escoja un modelo de expresión que, de una manera o de otra, está íntimamente conectado a su nivel cognitivo-simbólico y horizontes antropológico y socio-cultural.

En la producción de la serie Gym Tony introducida con mucho éxito entre los jóvenes por Mediaset en España, Miranda LyLy multiplica el efecto Z al interpretar, en algunas ocasiones, a la señorita Bathurst, personaje creado por Rudyard Kipling en 1904, haciéndola discurrir, en el relato del mismo nombre, entre lo que otrora se consideraba una it girl (chica "eso") y una mujer que tan solo quiere disfrutar de lo que en cada momento posee. Nuestra Miranda Lyly del siglo XXI vive plácidamente su época de chica "eso Z" yendo y viniendo de aquí para allá con su móvil, su tablet y otros dispositivos digitales que le permiten estar en contacto las veinticuatro horas del día con un público al que repite, con total convencimiento, expresiones que claramente separan su generación de cualquier otra.

En el mundo de la hiperconectividad de Miranda, si no tienes whatsApp, no eres nadie. Sin móviles no hay amigos ni parejas. Estar conectados es fundamental. De algunas abreviaturas como M1ML (mándame un mensaje luego) y expresiones, muchas de ellas, ininteligibles para los adultos como "estás muy tumblr", "no compres ese bolso ni de fake", "me parece top", "te veo super-cool", "vistes sin flow"?, utilizadas a diario entre la juventud de hoy, hemos pasado a importar en el mundo empresarial de los últimos años -testigo de los millennials para esta nueva generación- algunos anglicismos de tan fuerte significación como "es preciso crear un elevator pitch para nuestra compañía" (depertar el interés del público según el interés de un proyecto) o el conocido crowdfunding en lugar del término "micromecenazgo" que hace referencia a la financiación de las ideas a través de plataformas digitales especializadas. Como consecuencia de todo ello, la influencia de este nuevo fenómeno sociocultural se resume, por abreviarlo de alguna manera, en la frase más laureada, perversa y famosa entre los jóvenes de la Generación Z: "hay que darle donde más le duele: en todo internet".

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