Pocos caminos han impreso una huella tan singular en el rock español como la de Ángel Stanich, a pesar de que su universo ácido irrumpió en la escena casi de puntillas. Y todavía hoy, que se sitúa entre las grandes revelaciones de los últimos años, el músico santanderino persiste como "el más flagrante enigma del pop-rock español", como lo describen desde Sony Music, su sello discográfico actual.

Después de dos años de gira a lomos de Camino Ácido (Sony Music, 2014), su primer álbum de larga duración, producido por Javier Vielba (Corizonas y Arizona Baby), Ángel Stanich culmina este viaje iniciático el próximo 21 de enero en la sala But de Madrid. Pero antes, por suerte, su tren hace una penúltima parada en Canarias con dos conciertos: hoy, en la sala El Búho, en La Laguna, y mañana, en la sala The Paper Club, en la capital grancanaria.

Lo acompañará, además, la flamante Stanich Band, integrada por Alex Izquierdo, al bajo; Lete G. Moreno (Idealipsticks) a la batería; y Víctor L. Pescador (Sonograma), a la guitarra eléctrica. Se trata de la primera gira de la Stanich Band en el Archipiélago, donde el artista defendió su repertorio en solitario el pasado 2015 en el Festival Sonidos Líquidos (Lanzarote), y a dúo en las salas de El Buho y el Mojo Club.

Y aunque el camino ácido de Ángel Stanich ha discurrido por más de 250 conciertos en salas y festivales nacionales a lo largo de más de dos años, consagrándose en la primera línea del indie rock español, todavía envuelven su nombre los mismos interrogantes: ¿Pero quién diablos es Ángel Stanich?. Así lo declara su propia página web: "Pasa del rollo mediático. No hace promoción de su trabajo o sus contados conciertos. Ha costado lo suyo que montara su Facebook oficial (...). Pero su música y su figura inspiran esa extraña atracción fatal del borde vulnerable", apuntan desde Sony Music.

Ángel Stanich es un verso libre, que no rima con ninguno de sus coetáneos, pero cuyo imaginario de palabras vuela alto. Y este universo se hace oír con una particularísima voz de timbres agudos, que o se ama o no se soporta, y que enarbola letras que rayan en lo hondo, lo onírico, lo surrealista, lo mordaz, lo sagrado, lo único y lo políticamente incorrecto.

Amanecer Caníbal, Miss Trueno '89, El Cruce, Mezcalito o Disparar a un hombre en reno son, entre otras, epopeyas hechas canciones en las pistas del folk-rock-pop, envueltas en las atmósferas del Lejano Oeste por un autor incómodo.

Una de sus escasas autorreferencias es la de "cantautor lisérgico", pero también una de sus canciones más exitosas, El Outsider, parece una declaración de intenciones metaidentitaria. "Stanich es un músico al margen, aunque algunos le fuercen remotos parecidos a Quique Gonzalez o Albert Pla", indican desde Sony.

"O tal vez se trate del Bob Dylan que España nunca tuvo", apunta Chema Rey, manáger de Stanich y ex conductor del mítico programa El Bulevar, en Radio 3, durante más de 25 años. "Pero lo que parece indudable es que nadie ha sonado igual en este país desde hace años", añade.

Nacido en 1987 en Santander y afincado en Madrid, el aspecto de Stanich confirma el misterio: un cruce de Jesucristo y Bob Marley con estilo hipster, que en sus directos dispara al corazón con su Metralleta Joe de aires sesenteros. Su vuelo apenas acaba de alzarse, pero este viaje concede sus últimos aleteos: el propio Rey admite que, después de Madrid, "ya no habrá más conciertos hasta que saque su próximo disco, en la primavera de 2017". "Pero antes queríamos aprovechar el fin de gira y pasar por algunos lugares que nos quedaban más lejos y a los que Stanich no había acudido con banda, como el caso de Canarias", revela.

Así culmina esta crossroad de acidez musical durante más de dos años alrededor de la península española, que incluyó un salto a la sala londinense The Water Rats al abrigo del programa Rock Sin Subtítulos. A partir de ahora, Stanich pone el reloj de arena bocabajo y promete diluir a lo grande los últimos derivados de su ácido en sus últimos directos, antes de emprender un nuevo camino.

"Este nuevo disco será un paso o evolución, como suele decirse, con respecto a lo que es Camino Ácido, claramente. Al fin y al cabo, tenía 22 años cuando creó ese disco, que luego editó con Sony Music. Y aunque ese es oficialmente su primer álbum, Stanich ya tiene mucho recorrido, con más de dos años de escenarios que confirman su magnetismo como músico", afirma Rey.

En pocas horas, las salas canarias abren sus puertas para recibir a Ángel Stanich, el enigma del rock.