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AMALGAMA

¿Dónde está George?

En 2008, dos equipos de investigación de las universidades de Northwestern e Indiana, en EEUU, estudiaron los caminos que puede seguir el virus de la influenza

¿Dónde está George?

El verano es un buen muro contra el virus de la influenza, pero una vez llegado el invierno, el virus se desarrolla y se introduce como los troyanos, y sigue el curso natural de su objetivo, que es el de atacar en las poblaciones humanas a aquellos más débiles. En 2008, dos equipos de investigación de las universidades de Northwestern e Indiana, en EE UU, estudiaron los caminos que puede seguir el virus a través del tráfico de personas, por aire y por tierra, así como en el tráfico monetario a través de los billetes. El estudio contemplaba la circulación de los dólares, en base a un paralelo matemático con un juego en Internet generado por Hans Eskin en 1998, que se denominaba ¿Dónde está George?, y en el que Eskin marcaba todos los billetes de dólar que recibía con una nota que solicitaba a los siguientes propietarios que fueran a Internet e incluyeran allí el número de serie del billete, para así conocer la rapidez con la que los billetes cambiaban de manos. Eskin consiguió en diez años hacer el seguimiento a la información de tres millones de usuarios. En el estudio de Northwestern, se utilizó la información de este mapa y otra información procedente de los Laboratorios de Virología de los Hospitales Universitarios Suizos, que habían descubierto que la cepa H1N1 del virus de la influenza puede durar en un billete activa unas diez horas. No obstante, el estudio ahonda en que han de confluir varias circunstancias: que un contagiado tosa o estornude sobre el billete, o tenga mocos infectos en la mano con la que toca el billete, y que, consecuentemente, el individuo sano tome el billete y con la misma mano con la que lo ha cogido, dentro del periodo de las diez horas en la que permanece activo el virus, se toque la nariz o la boca. El estudio de la Universidad de Indiana utiliza información de viajeros por el mundo, y llega a conclusiones parecidas al mapa del trasiego de billetes de Eskin. A partir de todos estos cálculos, se piensa que cada persona contagiada contagia, a su vez, a 2,8 personas. Extrapolemos este nivel de propagación a los memes (en el sentido original de meme como correlacionado con el gen, pero en el terreno de lo psíquico, tal y como indicó Richard Dawkins en The Selfish Gene, en 1976), en el ejemplo de la encuesta Ipsos realizada entre el 30 y 31 de enero de 2017, en la que el veto migratorio del nuevo presidente de EE UU ha polarizado a los estadounidenses, siendo que el 49% está "algo" o "muy" de acuerdo con el veto migratorio, frente al 41% que discrepa en mayor o menor grado, de los cuales el 53% de los ciudadanos demócratas se ha mostrado "totalmente en desacuerdo", y el 51% de los republicanos, "totalmente de acuerdo", aparte otras opiniones en las que la sociedad se muestra porcentualmente casi exactamente fracturada a la mitad; pues es probable que resulte que, por la vía de la propagación epidémica, al llegar estas actitudes externalizadas a Europa, teniendo en cuenta que el tema es sensible por la situación migratoria en el continente, y habida cuenta, asimismo, de que no existen las barreras de que cada billete tenga que coincidir con un estornudo o un tiempo de 10 horas, sino que dicha propagación es online, veloz, termine ocurriendo que la extrapolación 49/41 en favor de las políticas del estadounidense, se introduzca de forma viral en el pensamiento de las masas europeas.

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