El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió ayer hacer competencia a la gala de los Óscar con la celebración anoche en la Casa Blanca del baile de los gobernadores, la primera gran fiesta que organiza desde que llegó al poder.

Mientras en Los Ángeles se celebraba la gala de los Óscar, Trump y su esposa Melania fueron los anfitriones en Washington de un baile al que están invitados los líderes de los 50 estados del país, tanto demócratas como republicanos. Las estrellas del cine se volcaron en la campaña electoral de la candidata demócrata Hillary Clinton y han criticado con firmeza las medidas que Trump ha tomado en su primer mes de mandato.

En cuanto a la 89º gala de los premios de la Academia de Hollywood, que comenzaba ayer a las 17.30 hora local (después de medianoche en Canarias) en el Teatro Dolby de Los Ángeles con Jimmy Kimmel como presentador de la gala, todas las miradas estaban puestas en la película La La Land, que con sus 14 nominaciones tenía la oportunidad de hacer historia en los Óscar. Los bailes y el romance de Emma Stone y Ryan Gosling con la melodía de City of Stars de fondo han arrasado en la temporada de premios. Moonlight y La llegada llegaban a la gran fiesta del cine con serias opciones gracias a sus ocho menciones.

Moonlight, de Barry Jenkins, llegaba a los Óscar con el reconocimiento de seis galardones en la 32 edición de los premios Spirit de cine independiente. Moonlight se llevó todos los premios a los que optaba: mejor película, mejor director (Barry Jenkins), mejor guión (Barry Jenkins y Tarell Alvin McCraney), mejor montaje (Joi McMillon y Nat Sanders), mejor fotografía (James Laxton) y el galardón especial Robert Altman al reparto, el encargado del casting y el director de un filme.

El desfile en la alfombra roja en el Teatro Kodak arrancó con tiempo muy nublado, amenaza de lluvia y la temprana llegada del español Juanjo Giménez, cuya obra Timecode aspiraba al premio como mejor cortometraje.

"La verdad es que te meten por unos pasillos al llegar y no sabes muy bien qué va a pasar en cada momento", relataba Giménez a Efe a su llegada. "No estoy nervioso, pero nos ha costado mucho encontrar el punto de entrada. Ahora estoy más tranquilo. Llevamos 8 meses desde que ganamos en Cannes y el corto ha tenido su recorrido. Este es el gran colofón a su carrera. Nadie pensaba que esto fuera a suceder", manifestó.

Por su parte, la actriz Natalie Portman, nominada al Óscar a la mejor actriz por su trabajo en Jackie del cineasta chileno Pablo Larraín, no pudo asitir la gala por el avanzado estado de su embarazo.