Una de las maneras de conocer a Chuck Berry, sobre todo para las generaciones más jóvenes, fueron las múltiples versiones de sus canciones hechas por grupos tan grandes como Rolling Stones o The Beatles, que aprovecharon en sus inicios los temas del músico norteamericano para impulsar sus carreras. El líder de los Stones, Mick Jagger, agradeció ayer a Berry, en un mensaje de condolencia, "por toda la música inspiradora", que "nos ha marcado por dentro para siempre".

En el transcurso de su carrera, los Rolling frecuentemente versionaron la música de Chuck Berry, sobre todo en unos inicios marcados con los sonidos blues, ock and roll y rhythm and blues. Fue el caso de su primer single Come On en 1963, un tema de Chuck Berry. Los Stones también grabaron otros éxitos de Chuck Berry, como Around and Around, Carol y Little Queenie.

Keith Richards, guitarrista de Rolling Stones, que en 1982 recibió un puñetazo del propio Berry por tocar su guitarra cuando éste iba a participar en un show en el Hotel Ritz de Nueva York, calificó a Chuck Berry como una de las "grandes luces" del rock.

Entre otros, la música de los Rolling y de los Beatles no se podría entender sin la influencia de dos músicos norteamericanos: Little Richard y Chuck Berry. El grupo de Liverpool versionó quince canciones de Chuck Berry, entre ellas "Roll Over Beethoven", "Sweet Little Sixteen" y "Johnny B.Goode", tres de los éxitos más importantes del músico norteamericano.

La influencia de la música de Chuck Berry en los primeros pasos de los Beatles fue decisiva. En sus orígenes, la banda hizo dos versiones de estudio de canciones de Berry: Rock and Roll Music y Roll Over Beethoven. John Lennon llego a decir que si hubiera que "ponerle otro nombre al Rock 'n' Roll habría que llamarlo Chuck Berry".

"Cuando escucho rock, buen rock, del calibre de Chuck Berry, no me interesa ninguna otra cosa en la vida. El mundo podría acabarse tocando rock and roll", dijo Lennon sobre Berry.

Ya en solitario, en 1975, en su disco Rock and Roll, Lennon versionó You Can't Catch Me y utilizó para ello su propio tema Come Together, que apareció en 1969 en su disco Abbey Road.

Pero otros músicos versionaron canciones de Chuck Berry: los Yarbids, con Eric Clapton a la guitarra en Monkey Business, e incluso lo hicieron Nina Simone ( Brown Eyed Handsome Man) y Jimmy Hendrix ( Johnny B. Goode).

La influencia de Chuck Berry ha llegado hasta un icono la banda australiana AC/DC. En su álbum TNT versiona School Days, una canción de Chuck Berry de 1957, que posteriormente también sería versionada por los Beach Boys.

Uno de los lideres de AC/DC, Angus Young, llegó a reconocer que el músico norteamericano había sido uno de los que más le había influido en su carrera, incluso en su manera de moverse por el escenario, con su versión del paso del pato ( Duckwall) que popularizó Chuck Berry sobre los escenarios.

Let it Rock fue una canción de Chuck Berry de 1960, versionada por el grupo Motorhead: "Algunas canciones simplemente te dicen algo, y otras no. Las de Chuck Berry siempre lo hacían. Ya habíamos escuchado a Elvis o a Little Richard, pero él fue el primero que realmente contaba historias", dijo en una entrevista el entonces líder de Motorhead, Lemmy Kilmister.

Y en el mundo del cine, el personaje de Marty McFly, interpretado por Michel J.Fox, toca el Johnny B.Goode de Chuck Berry en Regreso al Futuro durante un baile de instituto en el que estaban sus "futuros padres". Y en Pulp Fiction, de Quentin Tarantino, John Travolta y Uma Thurman se marcan un baile al ritmo de You Never Can Tell, una canción de Berry de principios de los sesenta.

El líder de la banda británica The Animals, Eric Burdon, recordaba ayer que la influencia musical de Chuck Berry fue tan importante que "cualquiera que estuviera en el mundo del rock o el rhythm and blues' tenía que tocar" sus temas.

Bruce Springsteen lamentaba en Twitter la "tremenda pérdida de un gigante", al definir a Berry como "el mejor" guitarrista y escritor de rock & roll que haya existido jamás. Y es que aunque la invención del rock and roll no se atribuye a nadie en concreto "pero si alguien juntó todas las piezas esenciales" para crearlo fue Chuck Berry, tal como recuerda el Salón de la Fama del Rock.

Berry se aficionó desde muy niño al blues, a la música de Nat King Cole, uno de sus ídolos, a la vez que comenzaba a demostrar su talento para el verso, aunque también destacaba por meterse en problemas y acabar en reformatorios. En el local Cosmopolitan Club fundó su primer grupo, The Chuck Berry Trio, compuesto por Berry a la guitarra, Ebby Hardy a la batería y Johnny Johnson al piano.

A comienzos de los cincuenta, las actuaciones del trío resultaron un éxito entre la comunidad negra, la primera en admirar su talento al trasladarse del country al rhythm and blues, creando unas composiciones de ritmo y espíritu juvenil.

Con Muddy Waters

En 1955 Berry se instaló en Chicago, en donde trabajó y conoció a Muddy Waters, quien le recomendó a Leonard Chess para que escuchara una canción compuesta por Berry. Se trataba de Maybellene, un éxito que gustó a gran parte de la población blanca y que alcanzó el el puesto número 5 en las listas de Estados Unidos. Fue entonces cuando comenzó a escribir para la discográfica Chess Records un gran número de temas que poco después se convirtieron en grandes clásicos del rock.

Roll Over Beethoven, Johnny B. Goode, Rock And Roll Music, School Day, Carol, Sweet Little Sixteen, Memphis Tennessee, Around and Around, Little Queenie o Too Much Monkey Business fueron algunas de las canciones más populares que grabó entre finales de los años cincuenta y principios de los sesenta.

Publicó además disco como After School Session (1957), One Dozen Berries (1958), Berry Is On Top (1959), Rockin' At The Hops (1960), New Juke Box Hits (1961) o St. Louis To Liverpool (1964).

Quienes conocieron a Chuck Berry destacan su fuerte personalidad, su carácter poco sociable y su gusto por la buena vida, un cóctel que le ocasionaron algunos problemas con la justicia.

A comienzos de los sesenta fue arrestado por viajar con una menor que trabajaba en su club y condenado a casi dos años de cárcel, que cumplió entre 1961 y 1963. Tras salir de la cárcel, Chuck Berry continuó sumando éxitos con canciones como You Never Can Tell o Nadine, temas con los que seguía dominando el panorama musical, a pesar de la expansión de la música británica que ya se imponía en las listas mundiales.

En 1966 cambió la Chess por la Mercury Records, pero los resultados no fueron los esperado y regresó de nuevo a su primer sello, con el que consiguió su último gran éxito en 1972, con el single My Ding-a-Ling, un tema que fue número 1 en Estados Unidos y en Gran Bretaña.

En 1979, Chuck Berry volvió a pisar la cárcel. Esta vez no se trataba de escarceos con jovencitas, sino que fue acusado por el gobierno estadounidense de evasión de impuestos.

A partir de los ochenta y los noventa, siguió con sus giras pero sus actuaciones ya no estaban a la altura de la estrella que era. La dejadez y la improvisación del compositor llegaba hasta el punto de ir contratando a músicos locales. El respeto a su imponente obra y su decisiva influencia en el mundo del rock, hacían de sus conciertos verdaderos acontecimientos de la historia de la música.