El cuadro Retrato de una niña atribuido a Velázquez saldrá hoy a subasta en la galería Abalarte de Madrid con un precio de salida de 8 millones de euros, después de que el Gobierno lo haya declarado como bien cultural "inexportable".

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a propuesta de la Dirección General de Bellas Martes, remitió la pasada semana a Abalarte la orden ministerial que declara expresamente y "como medida cautelar", "inexportable" la obra, tal como anunciaron los distintos medios de comunicación.

El motivo dado por el Ministerio es que se trata de un bien de "gran interés" para el patrimonio histórico español, "ya que a falta de unos estudios técnicos más completos, todo parece indicar que se trata de una obra atribuible a Velázquez".

Así y todo, la subasta se llevará a cabo hoy y en ella, por tanto, el Estado tendrá el derecho de tanteo, que significa que se podrá quedar con el cuadro por la puja final, según el director de Abalarte, Gonzalo Mora Narváez, que reconoce a Efe que esta medida "podría frenar el valor y recorrido final de la obra e impide ofertas de coleccionista e instituciones internacionales y nacionales", precisa.

Sin esta medida tomada por el Gobierno, el cuadro podría haber adquirido en la puja un valor estimado de unos 30 millones de euros, según fuentes especializadas consultadas por Efe.

El cuadro, según ha explicado la casa de subastas madrileña, es "una pieza excepcional" que supone "una valiosísima aportación para el estudio de Velázquez, ya que pertenece a su primera época en Sevilla, la más enigmática y menos conocida del autor", que habría pintado el artista cuando aún era "muy joven", en torno a 1617.

Abalarte informó el pasado 4 de abril en una nota de esta oferta del cuadro, del que no detallaba el precio de salida, "presumiblemente millonario", y especulaba con que podría atraer "a grandes coleccionistas internacionales". La pieza, que estaba en manos de la misma familia desde hace un siglo, aunque se desconoce su trayectoria durante los 300 años anteriores, según la sala, no había sido estudiada hasta ahora, por lo que sus propietarios desconocían su gran valor histórico-artístico y económico.

Este controvertido cuadro, que el experto en pintura antigua Richard de Willermin atribuye a Velázquez, representa el retrato de una niña que mira al espectador con las manos en actitud de oración, vestida con una saya marrón, una blusa blanca de la que sobresale el cuello y un mantón enrollado en la cintura de color verde.