Lo mejor del programa fue el debut en Canarias del joven violonchelista israelí Amit Peled, poderoso en el sonido, dueño de una gran técnica y carismático en la expesividad. Su interpretación del Concierto op.104 de Dvorak marca un hito en la ciudad que ha escuchado esta obra a numerosos intérpretes, Rostropovich entre ellos. La cita no es gratuita.

En importantes conceptos de color y estilo nos trajo Peled a la memoria la personalidad del maestro ruso, el generoso volcado de su temperamento y la elocuencia protéica de su discurso. Escuchamos de nuevo la coexistencia de la pasión y el rigor, la proyección de volúmenes con suntuoso vibrato y el refinado recogimiento lìrico, el fraseo épico y el canto emocionado sobre detalles rapsódicos (portamento insinuado y sutil), y un virtuosismo de máximo rigor. El esplendor del artista y su instrumento (un Vuillaume de 1865) fue ovacionado por la sala repleta. En premio, una remembrante Plegaria judía de Ernest Bloch para cello solo. El maestro Sebastián-Lang-Lessing, habitual invitado de la Orquesta, dirigió ahora dos conciertos: el compartido la semana anterior con la soprano Michaela Kaune y el que comentamos.

En ambos hizo gala de saber constructivo y buena articulación, pero su gusto por la velocidad y el sonido espectacular no siempre son gratos. En el concierto de Dvorak se solapó en el gran volumen del violonchelo para pedir a la orquesta tuttis estruendosos, faltos del modelado que hace brillar todos los timbres sin apelmazarlos. El ajuste con el solo tampoco fue ideal.Comenzó la velada con el estreno español de Clave dorada, danzón del tejano Arturo Márquez cuyo interés reside en el intenso progreso (tres minutos) de una nota de arpa hasta la masa sifònica plena. Bien interpretado.

Y concluyó con la Sexta sinfonìa 'Patética' de Tchaikowski, mucho más cuidada que Dvorak, brillante y expresiva en sus motivos menos patéticos -tan cargantes- allí donde melodías, ritmos y orquestación dejan de llorar para emitir en clave magistral la elegancia y mundanidad de los motivos y sus desarrollos. Excelente respuesta de la orquesta y de sus respetables solistas.