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Cine

La América insobornable

El Cicca acoge, durante junio, un ciclo sobre el director estadounidense Charles Burnett

Charles Burnett. LP/DLP

Acostumbrados a bregar en los jardines más abigarrados del cine independiente internacional, especialmente en el ámbito del cine latinoamericano contemporáneo mediante certámenes y muestras de un calado cultural inobjetable, la Asociación de Cine Vértigo prosigue en su empeño por programar materiales virtualmente proscritos por las grandes distribuidoras del sector que, cada vez más, se están convirtiendo en demanda habitual entre amplias minorías de espectadores hastiados de consumir en las pantallas clos mismos platos cocinados por los mismos chefs y con idénticos ingredientes.

Aunque, su foco de atención sigue fijado en América, en esta ocasión han dado un giro hacia películas, igualmente orilladas por las multinacionales, pero cocidas con mimo e inteligencia en los fogones del cine norteamericano, pues ha sido a espaldas de Hollywood, y con unos planteamientos diametralmente opuestos a los que genera habitualmente la meca del cine, por donde ha discurrido casi toda la carrera profesional de Charles Burnett (Viskisburg, Misisipi, 1940), inspirada en los grandes profetas del direct cinema y en los trabajos de militancia dura y pura de los afroamericanos Ossie Davis, Gordon Parks o Spike Lee, impulsores del subgénero blaxploitation y del frente más radical de defensa de la igualdad y de los derechos humanos en la América de la segunda mitad del siglo XX. A diferencia de sus más ilustres predecesores, Burnett, a quien se le considera una especie de verso suelto en el núcleo más activo del cine militante, apenas ha disfrutado de las mieles del mercado, siendo relegado a los circuitos de distribución menos competitivos.

Pese a su más que demostrada aptitud profesional, no es Burnett, director, actor, fotógrafo y escritor del que se exhibirán, desde esta misma tarde, tres de sus más reputados largometrajes en el Cicca, un profesional de trayectoria ideológica zigzagueante a la manera de tantos de sus colegas y compatriotas, la suya, por el contrario, se caracteriza por su forma meticulosa y rigurosamente comprometida de encarar los problemas raciales que se reproducen, como un bucle, en la sociedad estadounidense desde que, en 1969, decidiera impulsar sus inquietudes políticas y sociales pasándose, artística e intelectualmente, a la acción escribiendo, produciendo, dirigiendo y montando Several Friends, un cortometraje de 22 minutos de duración, abiertamente inspirado en los modelos visuales del neorrealismo italiano, donde ya se perciben con absoluta nitidez los mimbres artísticos y políticos con los que construirá su amplia, e incisiva filmografía.

Esclavitud

En un breve pero muy ilustrativo libro de Maria Míguez y Victor Paz, titulado Charles Burnett, Un cineasta incómodo (Play-doc Books, 2016) Burnett deja bien a las claras cuáles son sus verdaderas inclinaciones en el ámbito intelectual. "Yo me crié", apunta, "en un entorno con una fuerte influencia moral, donde se inculcaba el respeto por la vida humana, la generosidad y el vínculo familiar. Pero sobre todo, nadie olvidaba que la esclavitud era algo reciente y que el racismo aún debía ser erradicado. El fantasma de la esclavitud siempre estaba acechándonos. El trabajo de los artistas era animar a las generaciones más jóvenes y honrar aquellos que nos habían precedido". "Los disturbios", añade, "de Watts y la muerte de Malcolm X tuvieron un efecto inmediato en mí; hacía dos años que había terminado el instituto y cursaba el primer ciclo universitario. Las personas de color eran víctimas de una fuerte opresión, y cuando asesinaron a Malcolm X fue como si una gran voz se hubiese callado?"

En Killer of Sheep (1978), que se proyecta esta misma tarde (18.30), Burnett nos sumerge en el drama cotidiano de una familia de clase obrera que intenta romper con su miserable existencia, especulando con la posibilidad de cambiar radicalmente de vida diseñando un nuevo futuro tan complicado como peligroso de alcanzar.

El lunes 12, 18.30, el ciclo continúa con My Brother's Wedding (1983), una tragicomedia sin paliativos sobre las clases populares y sus sueños de cambio en la que su protagonista, un ser completamente anodino, rutinario y gris que, tras ser despedido de su puesto de trabajo, se enfrenta al drama existencial de una vida sin perspectivas, revela que, en el fondo, sus aspiraciones no se alejan demasiado de las que defiende la clase media a la que, aparentemente, tanto desprecia.

La película, dotada de un presupuesto bastante más holgado que el de la mayoría de sus trabajos anteriores, situó a Burnett en nuevo estadio profesional del que beneficiarían algunos de sus siguientes proyectos como Nunca te acuestes enfadado ( To Sleep with Anger, 1990), que cerrará este ciclo el próximo día 19, uno de los pocos títulos del director estrenados en España, en el que incluye por vez primera a una estrella de Hollywood, el actor negro Danny Glover, como protagonista absoluto del filme, pese a lo cual no obtuvo el éxito comercial que se le suponía tratándose de un elenco presidido por el coprotagonista de Arma letal.

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