El noveno arte se ha llenado en los últimos años de obras que presentan un futuro distópico en el que las nuevas tecnologías dominan a las personas. Un ejemplo es este Reset que muestra cómo la obsesión por los videojuego conlleva a que la gente no distinga entre realidad y ficción y que, cuando pierdan la partida, se suiciden. Una crítica no tan descabellada al entretenimiento favorito de los más jóvenes con un estilo que opta por la sencillez en todos los sentidos.