Su sonido es demasiado lánguido e inofensivo como para ser considerada una banda indie, pero tampoco resultan tan impersonales como para incluirlos en el mainstream. Lo cierto es que el quinto álbum de esta formación norteamericana se desvía por el lado más introspectivo de su estilo ( The maze ) que a veces se introduce port el AOR puro y duro ( The moth) o incluso parecen imitar el sonido acústico y las letras autobiográficas de Simon and Garfunkel ( The sunshine). En un disco muy minimalista y falto de fuerza instrumental, pero que gustará a los que disfrute con los nuevos crooners tipo Mich Harvey, Lambchop o Divnine Comedy.