Los discos que Sam Bean publica con el pseudónimo de Iron & Wine son trabajos para disfrutar con tiempo y relajadamente; obras que necesitan de escuchas atentas y respetuosas para poder captar todos los matices que el estadounidense va inyectando al folk y el country. Sólo de esa manera uno puede descubrir cómo la esencia de los grandes músicos de su país adquieren una dimensión contemporánea. En ese octavo trabajo, Bean da prioridad a influencias como Gran Parsons o Neil Young por encima de Nick Drake o Ellioth Smith, lo que se traduce en temas tan arrebatadores y optimistas como Thomas county law o Song in stone.