Actúa este sábado en el festival Womad en Las Palmas de Gran Canaria, en el que será su primer concierto como Niño de Elche en la Isla. En verano pasado dejó su impronta en el tinerfeño Boreal.
La verdad es que estuvo muy bien el festival Boreal, y es la primera vez que actúo en Las Palmas. En Tenerife he estado más veces con otros proyectos y con este disco estuve la última vez en el festival Keroxen.
¿Qué se va a encontrar el público que se acerque a su concierto en Womad?
Es el concierto relacionado con el disco Voces del extremo, un disco de hace dos años, y será uno de los últimos directos que hago con este repertorio. Ya tengo grabado el nuevo que saldrá en marzo, y ahora mismo estoy metido en los ensayos.
¿ Se puede aventurar un cambio de ciclo en la trayectoria de Niño de Elche?
Todos los discos que he hecho son cambios, y este nuevo es un cambio bastante radical respecto a lo que el público va a ver este sábado. Un cambio en lo estético, en los discursos, en cada disco intento cambiar de forma en lo musical y en todo lo demás. El nuevo disco es otra cosa, una antología de cante flamenco heterodoxa, que entonces transita por otros conceptos y otras lógicas compositivas, y es un disco más cercano al mundo del teatro y auditorio más que de festivales y estas cosas. Es para otra forma de escucha, porque el mundo de los festivales es muy guay, a todos nos gusta, festivo, épico, todo lo que se quiera, pero se pierden muchos matices. Es otra forma de enfrentarte al directo porque el festival te va llevando hacia un territorio que es el de siempre.
Voces del extremo fue un bofetón sin manos para quien no estaba acostumbrado a escuchar a un cantaor de esta manera, y con una actitud que nada tiene que ver con la tradición. Quedan en la memoria temas como Que os follen , Estrategias de distracción o El comunista ?
Si, y ese factor sorpresa ya no lo tenemos [risas]. Fue un momento que era necesario para todos, que habla bien por mí pero habla mal de la escena. El pop y el indie está o estaba sumergido en un modismo muy concreto, y en todas las escenas, el rock, el progresivo o el flamenco, ocurre lo mismo, y no fue una cuestión nuestra, sino que se necesita una conciencia crítica de lo que es la escena, las escenas, las del flamenco, rock, el contemporáneo, la del clásico, la electroacústica, la experimental...
Será porque se contagia del confort en el que asientan buena parte de los músicos.
El público se contagia, y los programadores. Una de las críticas en positivo que he hecho es que me sentí muy cómodo y acogido por el público, los programadores y la prensa, llevo un ejercicio de escucha y de apertura muy interesante con este disco y el trabajo que hecho, creo que ahí nos desplazamos todos.
El disco, para el que contó con la colaboración de músicos de Pony Bravo, entre otros, y el Niño de Elche, escapan a las etiquetas al uso por esa amplitud de estilos que se cruzan en la propuesta musical, y que ha permitido su presencia en cuaquier tipo de festival y programación musical.
Si, y en muchos aspectos esto se hizo, y es mucho de agradecer. El público que iba a festivales se tuvo que tragar mis conciertos y lo aceptó. Creo que todos hemos hecho un esfuerzo de superar prejuicios, que es lo más interesante de todo.
La columna sonora del Niño de Elche en Voces del extremo debe mucho al krautrock , que a su vez es el soporte del grueso de la electrónica contemporánea y punto de partida del rock experimental.
Son fórmulas que ayudan a ser reproducidas, mezcladas, remezcladas, fórmulas que sabemos todos y que son herramientas que funcionan para comunicarnos, y en ese disco hay muchísima influencia de todo eso.
Esquirla es un proyecto que usted armó junto a Toundra, otro capítulo mayúsculo en su trayectoria. Un trabajo que por concepto se entronca con Omega , de Enrique Morente y Lagartija Nick. No son frecuentes este tipo de maridaje musical. ¿Hay voluntad de continuar trabajando en esta línea?
Hay intención de hacerlo, pero no sabemos ni cuando ni cómo. Pero lo que si estaba claro que era un disco solamente. Yo estoy en decenas de proyectos, y me gustaría que Esquirla tuviera un segundo disco, porque depende de combinar todos los proyectos que tengo sobre la mesa o en marcha. Es una línea más de trabajo, con otra estética y otros códigos.
Habría sido interesante tener a Esquirla en el Womad grancanario. ¿Está el proyecto en gira?
Ahora cerramos gira en Barcelona, Madrid y Valencia, y Womad se interesó para que fuéramos, pero no fue posible por razones de agenda, tenemos que combinar cinco vidas y es complicado, y por eso voy con otro formato.
