Un trabajo delicado e intimista, en donde la excomponente del grupo Ego:tRip fabrica piezas instrumentales que son todo un tratado sobre el minimalismo y el impresionismo que ha imperado durante las últimas décadas en la música de piano. Si su anterior proyecto resultaba totalmente inclasificable, en una suerte de pop tecnológico en donde cabía desde el post-rock hasta la música arrabalera, aquí remite inmediatamente a autores como Satie, Frahm, Auric, Honegger, Milhaud, Paulenc, o Debussy en títulos como Valle de la Luna o El ojo de Claudia. Pero también está la esencia de la new age de Wim Mertens o Philip Glass en Laveín o 3003.
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