El 5 de diciembre de 1997, Felipe de Borbón todavía era Príncipe de Asturias y Alfredo Kraus aún era la figura viva más relevante de la cultura de Canarias. Aquel día, hace hoy 20 años, ambos fueron protagonistas en uno de los extremos de la playa de Las Canteras: inauguraron el nuevo auditorio de Las Palmas de Gran Canaria, un recinto que se había convertido en un reclamo de la sociedad, que modificó de manera considerable el paisaje de la ciudad y que fue bautizado -como no podía ser de otra manera- con el nombre del tenor grancanario.

El Auditorio Alfredo Kraus cumple hoy 20 años en un mundo muy diferente al de 1997. Felipe de Borbón ejerce ahora como rey de España y el fallecimiento de Kraus -casi dos años después de aquel día- dejó un vacío considerable en el ámbito cultural de Canarias. Desde entonces, a lo largo de estas dos décadas, el recinto que Óscar Tusquets concibió sobre una roca volcánica a orillas del Atlántico, se ha erigido como un faro sobre el océano capaz de atraer a puerto a grandes figuras del panorama musical.

Antes de abrir sus puertas a estrellas como Patti Smith, Elvis Costello, Van Morrison, Paco de Lucía, Jorge Drexler, Chucho Valdés, Pat Metheny o Joaquín Sabina, el auditorio se convirtió primero en un problema urbanístico. La idea original situaba la sala sobre La Puntilla -en el otro extremo de la playa de Las Canteras- y con César Manrique como arquitecto del proyecto. Sin encaje en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y con un grupo de vecinos en contra de su construcción en La Isleta, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria -tras ver peligrar las subvenciones del Estado para levantar el edificio- varió de plan y llevó el recinto hasta La Cícer.

Guanarteme

El cambio de ubicación modificó el mapa de la ciudad: convirtió una zona post industrial -factorías conserveras- en la prolongación del paseo de Las Canteras y, junto a la apertura del centro comercial y los nuevos accesos a Las Palmas de Gran Canaria -desde el norte-, transformó el barrio de Guanarteme. Hoy, la silueta del Auditorio Alfredo Kraus sobre la arena de la playa, es una de las imágenes icónicas de la ciudad.

Desde la apertura de sus puertas -con el estreno de Helios, de Juan José Falcón Sanabria e interpretada por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria- hasta hoy, por el Auditorio Alfredo Kraus han pasado cuatro millones de personas para participar en 5.600 eventos -entre artes escénicas y congresos-.

Por el escenario de la Sala Sinfónica han desfilado artistas de primer nivel. Patti Smith puso patas arriba el auditorio, durante un Arrecife de las Músicas, al entonar los primeros acordes de Horses. Elvis Costello cumplió con sus seguidores más fieles al cantar Alison y con los menos instruidos al tirar de She -la versión del tema de Charles Aznavour que incluyó en la BSO de Notting Hill-. Roy Davies repasó algunos clásicos de los Kinks, mientras que Roger Hodgson hizo lo propio con el repertorio de Supertramp. Eric Burdon puso su voz al servicio del blues en la orilla de Las Canteras. Y Van Morrison, en dos noches seguidas, puso en pie a la platea con clásicos como Moondance o Gloria.

Entre tanta estrella mundial del rock, el talento canario también ha brillado dentro del Auditorio Alfredo Kraus. Mágica fue la noche que los timples de José Antonio Ramos, Domingo El Colorao y Benito Cabrera se juntaron para dar forma al espectáculo Timples@2000. Los Coquillos, Los Gofiones, José Vélez, Rosana, Los Sabandeños o Braulio también han pasado por un recinto que se ha convertido -a lo largo de estas dos décadas- en una especie de gran meta para cualquier artista nacido y criado en las Islas: una noche en el Alfredo Kraus es un sueño cumplido -desafío que este mes cumplirán, por ejemplo, Said Muti y Efecto Pasillo-.

Las melodías del jazz también se han colado por el Auditorio Alfredo Kraus. Michel Camilo dio una lección magistral en 2005 junto a la New York Big Band. Delicioso fue el dúo que formaron Bebo y Chucho Valdés con dos pianos para dibujar en el ambiente los ritmos más caribeños, tomando el relevo sobre el escenario de otro cubano: Paquito D'Rivera. El estilo más comercial del jazz llegó de la mano de Diana Krall y Pat Metheny dejó un momento cumbre junto al trío que le acompañaba a principio del milenio.

Festival de Música

A lo largo de estos 20 años, el auditorio se ha convertido en una de las sedes del Festival de Música de Canarias, una cita que permitió que la Sala Sinfónica recibiera, por ejemplo, al maestro Riccardo Muti al mando de la Sinfónica de Chicago -uno de los momentos cumbre del Alfredo Kraus-.

Juan Diego Flores, Cecilia Bartoli o Cristina Gallardo también han desfilado por un escenario que recibió a Kronos Quartet.

Faro en medio del Atlántico, de la otra orilla del océano llegaron al Auditorio Alfredo Kraus artistas como Jorge Drexler, Les Luthiers, Lila Downs o Caetano Veloso.