El proyecto Barrios Orquestados creado y fundado por el director musical grancanario José Brito que desde hace cinco años y medio realiza un trabajo de tipo social y educativo en el Archipiélago, ha despertado el interés de la Hispanic-American College, una importante escuela de negocios privada de Nueva York que ha creado una cátedra de innovación social de carácter pedagógico y cultural para investigar si el sistema se puede importar a esa ciudad. Por este motivo, desde comienzos de este mes de enero y hasta finales de febrero, la trabajadora social Tatiana Sosa investiga los elementos más importante del proyecto que pasa por influencia, entorno social y familiar, o respuestas en los niños.

Barrios Orquestados es un proyecto que pretende crear orquestas de cuerda frotada -violines, violas, cellos y contrabajos- en todos los barrios periféricos de Canarias que tengan necesidades especiales a nivel social y cultural, y donde la cultura no llega por diferentes motivos. Las conclusiones de la cátedra que investiga la Hispanic-American College tendrá lugar el 26 de marzo en la Casa América de Madrid. Y los mismos resultados se volverán a exponer en Nueva York a final de noviembre. "La cátedra parte de un rector que es de origen canario", explica el propio Brito. "Se llama Ray Cazorla y está muy vinculado con las Islas. Ya se habían interesado hace un año y siempre han querido realizar este proyecto". Según Brito, el interés de la Escuela de Negocios surge porque Barrios Orquestados tiene algo de proyecto innovador.

Proyectos

"Hay muchos proyectos de intervención social de música en Latinoamérica que ya llevan muchos años de trayectoria como el Sistema de Orquesta Infantil y Juvenil en Venezuela, o el Proyecto Azteca en México", aclara. "Pero el nuestro quizás haya sido un proyecto con diferencias que han resultado de común atractivo para estas personas con elementos peculiares como la participación continua de los familiares, el que trabaje siempre desde la parte oral en la que todos los alumnos se aprenden de memoria todas las piezas, o el que haya una repartición ecuánime en la parte de educación vocal e instrumental", añade el director.

"Me imagino que todo eso, sumado a la proyección que ha tenido en muy poco tiempo, ha supuesto un atractivo especial para que se hubiera exportado esta idea para otros lugares. Y que puedan aprender de lo que nosotros también hayamos podido aportar".

Un total de 550 niños han participado, durante los cinco años de Barrios Orquestados que ha trabajado en ocho barrios. "Comprobar que cada año se nos acercan cuatro o cinco barrios para ver si podemos tener una incursión en ellos". En lo que respecta al presente año, el proyecto empezó en el barrio de Argana en Arrecife y seguirá con Ciudad Alta en Gran Canaria, ya que las expectativas han sido superiores de lo que se plantearon.

"La cátedra va a poner negro sobre blanco", aclara Brito. "Va a organizar los datos sobre cuántos niños continúan con una carrera musical en centros reglados porque gracias a este proyecto han tenido otra oportunidad". En su manera de trabajar, Barrios Orquestados sigue una secuencia de acciones. Primero evalúan los barrios históricamente más desatendidos. A partir de ahí realizan un sondeo de los colegios en los que, al ser de enseñanzas obligatoria, pueden acceder a la mayoría de los niños. Y luego hacen presentaciones clase por clase de los instrumentos que les ofrecen durante una semana y media. "Cuando se hacen entrevistas a los familiares se realiza un balance, se fija una hora al día y ya nos proyectamos para la muestra en junio", añade. "La metodología permite que puedas enseñar de forma oral a todos a un mismo tiempo".