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Echarse fuera del plato

Echarse fuera del plato

Se trata de una locución común en las Islas que suele escucharse con valor de advertencia, reproche o reprimenda ante una conducta considerada reprobable. Tiene, pues, un carácter netamente admonitorio frente a comportamientos que se identifican casi siempre con algún exceso verbal. En ocasiones se usa la forma: "No se me eche fuera del plato", recurriendo al tratamiento de 'usted' para dirigirse a alguien de la propia familia o del entorno, con el propósito de distanciar la figura de autoridad del dicente, y tratar de persuadir así al destinatario del mensaje.

La expresión "salir(se) del plato" o "salir(se) fuera del plato" es probablemente un americanismo procedente de Cuba que bien pudo llegar a través de ese puente cultural tendido por los flujos migratorios en ambos sentidos. En las Islas se utiliza tanto la forma "salirse fuera del plato" como "echarse fuera del plato" para señalar que alguien hace o dice algo impertinente, se excede o propasa, de sólito, verbalmente.

Otras locuciones afines que expresan el mismo concepto son "echarse fuera del tiesto" que se usa también para calificar un comportamiento que se considera poco juicioso y comedido. O lo que es lo mismo: "mearse fuera de la bacinilla" que se dice también de la actitud impertinente e indiscreta de una persona inoportuna en sus juicios y opiniones. También parece dársele en ocasiones el significado de 'decir mentiras'.

Se trata de un símil con valor subliminal ("echarse fuera del tiesto", "salirse del tiesto" o "mear fuera de la bacinilla") que -en lenguaje un tanto soez- evoca la figura recurrente del varón orinando. El 'salirse'/'echarse fuera' tiene aquí el significado de orinarse sin control, sin darse cuenta, lo que también se conoce en el español de Canarias como 'angurria' que es una micción incontrolada. La metáfora, de rigor naturalista, rememora la necesidad de expeler con urgencia por imperativo de la incontinencia patológica. Lo que se traslada -subliminalmente- como incontinencia verbal de quien no se puede controlar y larga sin prestar demasiada atención o con total descuido. Sin reparar en lo que se dice ni cómo lo dice. Pero también referido a quien no atiende a formalidades ni a modales en su comportamiento, en general, y que lo llevan a propasarse, contraviniendo las buenas costumbres o reglas de la sana educación.

Se convierte así en antónimo de moderación, cautela, ponderación, corrección, mesura? Elementos que resultan transgredidos por quien tiene el desliz de "echarse fuera del plato" o de "mearse fuera de la bacinilla". Se dice a veces de la persona 'zafada' (de 'zafarse': desatarse, liberarse, en sentido metafórico, no guardar las formas; con especial referencia a los menores cuando pierden la compostura y se muestran inquietos y alborotadores: "están zafados", se dice), que es como se llama en Canarias a quien se muestra irrespetuoso y ligero en las palabras y actitudes. También se dice 'enralarse' para referir un comportamiento relajado, sin guardar formas, o propasarse.

Expresión afín a las anteriores es: "echarse la camisa por fuera" que tiene el valor preciso de correrse una juerga ocasional y por sorpresa, casi siempre sin moderación.

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