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Análisis Cine

Vidas paralelas

Michelangelo Antonioni e Ingmar Bergman, dos de los grandes del cine europeo, trazaron unos relatos biográficos similares: ateísmo, versión personal de la crisis propia del hombre y muerte el mismo día

Ingmar Bergman, en una rueda de prensa de 2001 REUTERS

En un mismo día, el 30 de julio de 2007, fallecieron Michelangelo Antonioni, a los 94 años en Roma, e Ingmar Bergman, a los 89 en la Isla de Faro ( Suecia) . Tengo la vaga sensación de que toda su carrera y películas han pasado al rincón del olvido. Un motivo más de cercanía. Hoy es raro que las películas de ambos directores sean programadas en los medios y cadenas audiovisuales y aún menos en ciclos, festivales y cualquier otra vía de divulgación tradicional sea escrita u oral. Y, aún más, en las listas que últimamente se elaboran sobre las mejores películas de la historia del cine, estos realizadores jamás aparecen con algunas de sus películas. Basta repasar toda su filmografía para que al menos algunas de ellas merezcan un lugar de honor.

No deja de ser cierto, sin embargo, que la producción cinematográfica de Antonioni es menos reconocida que la de Bergman. La infeliz y casual coincidencia del fallecimiento de ambos creadores cinematográficos me permite pergeñar solo unas letras de reflexión para resumir en el escaso espacio que dispongo de la obra a estos dos grandes directores (siendo consciente de la imposibilidad material de mi desmesurada ambición); considerados en su época como genuinos representantes del llamado cine de autor.

A partir de aquí creo oportuno, establecer unas vidas paralelas siguiendo el modo de representación literaria de Plutarco: unos relatos biográficos comparando las vidas y anécdotas de un notable griego y otro romano. El discurso de este paralelismo se basa en alguna similitud en su dedicación y aspectos anecdóticos y distintivos s en su visión de la vida. Sin duda, en nuestro caso, se ajusta perfectamente a lo pretendido y desarrollado por Plutarco.

Antonioni nació en Ferrara en 1912. Con 140.000 habitantes en la actualidad. Ciudad burguesa y símbolo del desarrollo del norte de Italia. Una ciudad llena de historia y arte. Con un centro histórico patrimonio de la humanidad. Que fue refugio de la mayor comunidad judía de Italia debido a lo cual sufrió una cruel persecución del régimen fascista, amparándose en sus leyes raciales; como así lo describe, el paisano y amigo del director, Giorgio Bassani en su novela llevada al cine, El Jardín de los Finzi Contini.

Ingmar Bergman nació en Upsala en 1918. Ciudad del sur de Suecia , cerca de Estocolmo y una de las mayores urbes del país. Cuenta con la universidad más antigua de Suecia y una de las más veteranas de Europa. Actualmente residen en ella alrededor de 130.000 personas

Antonioni vivió todas las vicisitudes políticas de un país tan católico como Italia. Él fue testigo de las dos grandes guerras mundiales, de la llegada y caída del fascismo; del repudio al sistema monárquico y el advenimiento de la república y la democracia; de la decadencia de los sucesivos gobiernos y los escándalos derivados del crimen, la corrupción y las prácticas mafiosas (un sistema que se vino abajo por el impulso de la unión de jueces y fiscales); a la que siguió, la aparición de nuevos partidos y personajes políticos inesperados rodeados de aureolas populistas y mandando al desván de la historia a los dos grandes partidos italianos que siempre habían conducido al país por las procelosas aguas después del final de la segunda guerra: la democracia cristiana italiana y el partido comunista.

Religión

Bergman vivió en una Suecia con una monarquía estable y luterana sin grandes cambios políticos . Una Suecia que a lo largo de su historia política del siglo XX estuvo dominada en su mayor parte por el partido socialdemócrata y neutral en las dos guerras. Bergman no tuvo nunca que sufrir todos los cambios demoledores de su coetáneo italiano.

Los padres de Antonioni tenían una posición acomodada. Su padre era un industrial hecho a si mismo de origen humilde y campesino y que siempre mantuvo una relación amistosa con sus amigos agricultores. Esto influyó en Antonioni, que se crió en un ambiente de amistades de pocos recursos con los cuales compartió muchos de los mejores momentos de su infancia donde creció sin demasiadas imposiciones: con una educación religiosa nada feroz pese a convivir en un contexto típicamente católico y muy ligado al fascismo.

Por el contrario Bergman sufrió una educación muy rígida producto de la profesión de su padre, un pastor luterano, que le inculcó una disciplina religiosa que le marcó desde su infancia. Sin embargo hay un hecho singular que los une vitalmente pues, aunque nunca hicieron, personalmente, alarde de sus preocupaciones religiosas esto no le impidió confesar su ateísmo al margen de la lectura que se pueda hacer de su herencia fílmica.

Antonioni, en su Ferrara natal, empezó desde joven interesándose por el cine escribiendo críticas de cine en radio, periódicos locales y revistas especializadas. Su adolescencia estuvo inmersa en la parafernalia mussoliniana aliada al nazismo, con estudios de comercio en Bolonia. Antonioni como producto de esa asfixiante atmósfera llegó a escribir una crítica elogiosa, en 1940, de una película típicamente representativa del cine nazi titulada el Judío SüB ( Jud SüB, 1940, Veit Violan) donde asomaban todos los tópicos y visiones antisemitas ( lo más probable fruto de su colaboración en una revista cultural dirigida por el hijo de Mussolini).

En 1942 hizo estudios de cine matriculándose en el Centro Sperimentale de Cinematografía de Cinecittá en Roma, donde rodó varios cortometrajes y asimismo le permitió compartir amistad y actividades conjuntas con la gran generación neorrealista encabezada por Rosellini, por el cual sintió siempre una profunda admiración. Sin embargo, él nunca se adhirió completamente a esta corriente cinematográfica, con algunas excepciones como el documental Gente del Po y algunos cortometrajes.

Fue un cineasta que quiso resaltar, desde sus inicios como realizador, su propia filosofía conceptual como director de cine, como puso en evidencia con sus primeras películas. Compartió, también, amistad con Fellini y Visconti participando y colaborando, junto a ellos, en guiones y actividades

Bergman no hizo estudios de cinematografía. Se licenció en la carrera de Letras e Historia del Arte en la Universidad de Estocolmo. Empezó a participar como guionista en 1941, con contratos con varias productoras. El primer guión suyo fue uno basado en su cuento titulado La tortura. Su facilidad para escribir y narrar escenas tuvo una buena aceptación y le permitió trabajar en el cine, desde la práctica, asimilando todos los mecanismos y herramientas para poder iniciarse en sus primeros rodajes.

La filmografía de Antonioni se compone de 35 realizaciones cinematográficas entre largos de ficción y documentales. Entre ellas películas de episodios tan típicas del cine italiano. Antonioni pasó por varias etapas en su variada carrera, destacando por encima de todo los años 50-60 donde alcanzó su madurez y su plenitud y madurez estilística con los grandes triunfos continuados de su cine, que le dieron el reconocimiento mundial con películas como : Las amigas ( Le amiche,1955); El grito ( Il grido, 1957) La aventura ( L'awenura, 1960), La noche ( La notte, 1961), El Eclipse ( L'Eclisse, 1962) , El desierto rojo ( Il deserto rosso, 1964; con la que hizo sus primeros experimentos con el color, que culminó con la celebrada Blow Up (1966), rodada en Gran Bretaña y que se convirtió en su mayor éxito de crítica y público obteniendo la Palma de Oro en el Festival de Cannes de ese mismo año).

Se convirtió en un director de moda lo que le facilitó rodar fuera de las fronteras de su país. Este itinerario le llevó apostar con una arriesgada apuesta en escena con el film Zabriskie Point (1970) producida y rodada en EE UU que fue un fracaso rotundo de crítica y que le obligó reconsiderar toda su trayectoria fílmica. A todo ello se añadió una tragedia personal, en 1985, cuando padeció un accidente vascular cerebral, que le causó secuelas importantes entre ellas la pérdida de la voz y problemas intensos para poder desplazarse, con el cuerpo parcialmente paralizado y que le alejó durante un largo tiempo de los escenarios cinematográficos.

Esto no le impidió reanudar, con un esfuerzo físico y mental sobrehumano, su profesional en la década de los 90 hasta años cercanos a su fallecimiento. En 1995, la Academia de Cine de Hollywood le concedió un Oscar Honorario por su aportación al progreso de la cinematografía y por el conjunto de su obra. Antonioni recibió otros premios como el León de Oro del Festival de Venecia, en 1964, por Il deserto rosso y, en 1960, fue premio del jurado del Festival de Cannes por La aventura. Su compañera sentimental, Monica Vitti, le acompañó como protagonista en varias de sus películas que la lanzaron al estrellato internacional. Antonioni se dedicó a también a la pintura y reescribiendo sus guiones después de ser filmados que merecieron ser editados como obras literarias.

Referente sueco

De Ingmar Bergman creo que está todo dicho. Es el gran referente del cine sueco y ocupa toda historia de su país como el genio que fue y reconocido por el todo el orbe de la cinematografía mundial, principalmente, en la segunda mitad del siglo XX. Desde mi punto de vista Bergman el es más grande cineasta que ha dado el cine europeo. Él solo es un único dueño de un relato cinematográfico universal y singular que captó todos los públicos más diversos, con la unanimidad de la crítica y una poderosa influencia sobre directores y cineastas de todos los países (el mismo Woody Allen lo considera como su máximo inspirador , sintiendo por Bergman una admiración profunda). A excepción de alguna frustrada experiencia fuera de su país (el rodaje en Alemania de El huevo de la serpiente ( Ormens ägg, 1977), uno de sus grandes fracasos de taquilla y crítica) por tener que huir de Suecia por un problema de impuestos, que le pudo costar la cárcel y le impulsó a exiliarse; filmó y trabajó toda su vida en su Suecia natal. Sin contar, además, con su gran dedicación y amor por el teatro (unos de los mayores exponentes de su talento) y motivo de mayores grandes satisfacciones personales. De hecho, él siempre se definió como un hombre de teatro que hacía cine. Para muchos amantes de su obra es la parcela mas personal de su genio creador. A todo esto hay que agregar sus obras literarias, sinceras y crueles, en las cuales retrató sin piedad todas la contradicciones de la modélica Suecia. Hasta el final de su vida, Bergman conservó su enorme prestigio con numerosos honores y premios. Entre toda su obra se debe singularizar lo que él mismo llamó su testamento fílmico: Fanny y Alexander ( Fanny och Alexander,1982, ) una obra incomparable que recibió tres Oscars y fue su última realización para el cine.

Como dice Arnaldo Olivar, comparando ambos cineastas, "cada uno en su ámbito y con su estilo peculiar nos han dado una versión personal de la crisis propia del hombre de nuestro tiempo. A ambos les obsesiona la soledad. Antonioni, esa soledad inmersa en la incomunicación del espacio urbano, y Bergman mostrando el pesimismo existencial y la angustia en la relación familiar". En este 2018 se celebra el centenario del nacimiento del gran cineasta sueco. Sólo espero que este modesto recuerdo sirva para rendirle como uno de los primeros homenajes que se merece y que seguro continuarán a lo largo del año, donde espero unirme en su reconocimiento como uno de los más grandes genios del cine.

Cine Rex

No hay que olvidar que muchas de sus películas forman parte ya de nuestro acervo cultural. Lo mismo se podía decir de Antonioni. Desconozco si Antonioni y Bergman se conocieron o se encontraron alguna vez. Por eso quiero concluir con un último apunte sentimental. Yo fui un privilegiado testigo de un encuentro en una sala de cine. Fue, en 1962, en la I Semana Internacional de Cine, en el cine Rex de Santa Cruz de Tenerife, donde se proyectaron El Eclipse de Antonioni y El rostro ( Ansiktet, 1958) de Bergman.

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