Uno de los valores de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Las Palmas es que, a medida que se suceden sus proyecciones, emergen nuevas relaciones y paralelismos entre las películas. Barley fields on the other side of the mountain, el primer largometraje de Tian Tsering, cineasta chino afincado en Londres, constituye la tercera ópera prima de la selección-junto a The Widowed Witch, de Cai Chengjie y Balekempa, de Ere Gowda-, una alineación completa protagonizadas por mujeres. Y al igual que la georgiana Namme, de Zaza Khalvashi, retrata la búsqueda de la libertad de una joven adolescente, que cuestiona la senda de un futuro marcado por la tradición familiar.

La película de Tsering, al igual que Balekempa, se sustenta en la verdad de una nómina de actores no profesionales que debuta ante la cámara y que revela en sus diálogos la realidad de su contexto sociopolítico, aunque Barley fields on the other side of the mountain encierra más visos de documental en torno a la situación de los refugiados tibetanos en la India, filmado con mucha sensibilidad y honestidad.

"La historia surge a partir de mi contacto con los refugiados políticos afincados en el norte de la India y que habían llegado caminando desde el Tíbet a través de las montañas", reveló ayer el cineasta en un encuentro en torno a la película en el Teatro Pérez Galdós. "Sus historias vitales me marcaron mucho, pero mi intención no era hacer una película política, aunque la historia toma esos derroteros de forma inevitable", explica. "Yo quería contar la historia de una familia tibetana que vive en el Himalaya, pero el trasfondo sociopolítico es esencial para entender por qué están ahí".

La trama gira en torno a Pema, una joven adolescente que trabaja en los campos de cebada y cuyo padre, un respetado vecino que lucha por la liberación del Tíbet, es detenido como preso político, por lo que Pema se enfrenta al dilema de unirse a un grupo de monjes en pos de la libertad al otro lado de las montañas. "Caminaría lo que fuera por mi libertad", le responde uno de los religiosos al constatar los riesgos de la travesía. El cineasta reveló que el rodaje de la película, en el que embarcó a un equipo totalmente amateur durante seis semanas, "fue un viaje maravilloso, que nos transformó a todos". " Barley fields on the other side of the mountain no sólo me enseñó este oficio, sino que me permitió aprender cada día de sus historias de vida", expuso el realizador.

Para Tsering, más allá de cartografiar este escenario de represión, la película narra "una historia sobre la búsqueda de la libertad, que es lo que convierte a esta película en universal, porque esa búsqueda no entiende de nacionalidades ni de circunstancias". Por otra parte, también admite que espera "algún tipo de bloqueo de la película por parte del Gobierno de China". "Imagino que será censurada, pero no es asunto mío", afirma, con convicción. Un ejemplo de arte sin fronteras.