El fotógrafo Ángel Luis Aldai retrata el viaje de Benito Pérez Galdós por el norte peninsular en el libro Cuarentas leguas por Cantabria, que fue presentado ayer en la Casa de Colón. El acto, que tuvo lugar en la víspera del 175 aniversario del nacimiento del escritor, abre el Bienio Galdosiano que engloba el centenario de su fallecimiento que se conmemora en 2020.

La propuesta editorial recrea el viaje que Galdós hizo en 1876 por las montañas y la costa cántabras en el coche de caballos de su amigo José María Pereda. Aldai, que ha viajado con su cámara por los cinco continentes, realiza en este caso un viaje paralelo estableciendo un diálogo entre palabra e imagen y entre la fotografía y la literatura.

Se trata de un libro de 140 fotografías, con 168 páginas y con el texto íntegro de Benito Pérez Galdós. "Yo he seguido paso a paso la huella por donde fue para fotografiar ese paisaje de la manera más exacta posible", señala el propio Aldai que estuvo 20 días en Cantabria occidental realizando este trabajo desde la mañana a la noche.

El fotógrafo presentó su obra en un acto que contó con las asistencias del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, el consejero de Cultura del Cabildo, Carlos Ruiz, y la directora de la Casa-Museo Pérez Galdós, Victoria Galván.

"El trabajo está realizado de tal manera que aparecen doce capítulos y tras cada uno se incluye mi sensación de la imagen", señaló. Pero el autor quiso subrayar la manera en la que comenzó todo.

"En verano del 2015, con motivo de mi estancia en Berlín, leí por primera vez el libro Memorias de un desmemoriado de Benito Pérez Galdós", recordó. "Este libro nos permite leer a un Galdós diferente, extraordinario viajero, gran narrador visual, creativo, tremendamente descriptivo, con una intima relación entre sus textos y la imagen acrecentada por su inclinación hacia el dibujo y la pintura desde muy joven", añadió el autor.

Aldai comprobó que los viajes por Europa de Galdós fueron muy numerosos en compañía de su familia o amigos íntimos, con el deseo de conocer culturas diferentes a la española, el arte foráneo, establecer contacto con mundos ajenos al suyo. Así, el autor de Fortunata y Jacinta recorrió los principales países europeos, incluyendo Francia, Inglaterra, Italia, Portugal, Dinamarca, Suiza y Alemania.

"Estos viajes quedan reflejados en numerosos artículos y posteriormente en su libro Memorias de un desmemoriado", dijo. Pero el viaje inspirador del libro son los textos de Cuarenta Leguas por Cantabria, que se publicó por primera vez en Revista de España en los números del 210 al 212 de 1876 y esta fechado su final en Madrid en el mes de diciembre de ese año.

Impresionista

"Con una prosa excepcional de tono impresionista, Galdós reflejó en su cuaderno de viaje, sus emociones, las sensaciones del viajero, su percepción de los lugares, las gentes y las ideas que surgieron desde la visión de la arquitectura y el paisaje", subrayó el autor. Aldai quiso poner el énfasis en cómo era la vida entonces. "A finales del verano de 1876, en la primera semana de septiembre, Benito Pérez Galdós realizó este viaje literario por Cantabria en el coche de caballos de su gran amigo José Maria Pereda, acompañados ambos escritores por el también amigo y comerciante santanderino Andrés Crespo Quintana. Partiendo de Santander recorrieron Santillana del Mar, Alfoz de Loredo, Comillas, San Vicente de la Barquera, Las Tinas, San Pedro de las Baheras, Panes, las Gargantas, La Hermida, Potes, etc" . Y se extendió hasta las tierras mas lejanas de la agreste y bellísima Liébanal , a los pies de los Picos de Europa, iniciando el viaje de regreso atravesando Treceño, Cabezón de la Sal, Periédo, Barcenaciones, Quijas?" y otros amenos lugares de esta deliciosas comarca, "la más risueña de la Cantabria occidental según nos relata el autor", afirma el propio fotógrafo.

Con esta edición del libro Cuarenta Leguas por Cantabria, Aldai ha tratado de seguir la huella, y recrear paso a paso, los episodios de aquel viaje que hizo Galdós con sus dos amigos y fotografiar los mismos escenarios que el escritor describió magistralmente, "estableciendo de este modo un diálogo entre la palabra y la imagen, entra la literatura y la fotografía".

El fotógrafo recordó que Galdos creía firmemente que su obra amparada por el dibujo, sustituida hoy por la fotografía sin duda alguna, puede alcanzar extraordinario realce y adquirir encantos que nunca se hallarían en una simple lectura. "Este trabajo es un paso adelante en mi carrera", aclaró. "Tengo publicados unos 25 libros y normalmente incluyen los textos que tienen un apoyo importante, pero aquí cobra el mismo protagonismo la idea de Galdós, su viaje y la luz que él describía", afirmó.

Pero el fotógrafo grancanario no deja de reconocer que con el mundo del turismo todas los sitios están llenos de gente, "por lo que yo intenté ir a una hora temprana en que no hubiera nadie", aclaró.

"Galdós describe Santillana del Mar como una ciudad soleada a la que no se entra sino que se sale, pero hoy es un centro importantísimo en Santander", reflexiona el fotógrafo. "Cuando vas está siempre transitando por gente todo el rato. Y para describir toda la esencia que Galdós refleja en su texto había que esperar varias horas para que no hubiese nadie, para captar el espíritu de su trabajo", aclara.